Como lo establece la Constitución de la Republica Dominicana, el presidente Luis Abinader compareció ante la Asamblea Nacional para rendir el informe de los logros del Gobierno durante el año recién pasado.
Como cada año, dicho informe despierta mucho interés entre la clase política y la ciudadanía en general. Aprobaciones y críticas son comunes, a pesar de la irrefutabilidad de muchas cifras los opositores las deniegan.
En un chat de los muchos que hay, leí un comentario de un sacerdote jesuita que decía: “República Dominicana está viviendo un buen momento de imagen internacional. Es como si la estuvieran valorando más en el entorno mundial. En medio de países con políticas desastrosas, se mantiene estable.”
En esto tiene que ver mucho la recuperación económica de las zonas francas, el turismo, el sector industrial grande y pequeño, un crecimiento del producto interno bruto del 4.9%, reservas de 14,436 millones de dólares, apreciación de la moneda en un 2%, contrario a lo que ha acontecido en las economías de muchos otros países con fuertes devaluaciones.
Zonas francas: sus exportaciones crecieron en un 9%, la Asociación de Industrias de República Dominicana informó que sus miembros están haciendo inversiones por 77,000 millones de pesos; capacitación de más 11,000 Mipymes; el sector turístico recuperado, con niveles superiores al 2019 con la llegada de 8.3 millones de turistas por vía aérea y marítima.
Para los inversionistas la mejoría de la clasificación de la deuda de BB- a BB es un elemento de confianza y es la mejor clasificación histórica de nuestra deuda externa.
Muy a pesar de las críticas sobre el endeudamiento, este representó un 59.1% en comparación del 61% respecto al Producto Interno Bruto. Igualmente, las recaudaciones fueron mayores al 2021, pasando de 13.7% al 15.3% del PIB. Esto fruto al crecimiento de la economía, un mejor manejo tanto de DGA como de DGII y reducciones en los niveles de fraude y evasión.
Importante reconocer algo que no es común, la continuidad del Estado. Hemos sido testigos, cómo obras costosas no son concluidas porque la inició el gobierno saliente. El caso de la presa de Monte Grande, recuerdo haber participado en el primer picazo de esta, cuando era vicepresidente ejecutivo de Cdeee, en el año 2010.
Banco de Reservas, Refidomsa y Punta Catalina, todas con excelentes resultados. En el caso de Punta Catalina, esos resultados han sido a pesar de tener fuertes debilidades en su proceso de construcción que han obligado a la administración a no aceptar aun las plantas y mantener abiertas reclamaciones que deben cerrarse con la auditoría técnica.
Algunos preguntaran ¿Cómo han sido posible esos resultados con vicios de construcción importantes? Mi respuesta es que gracias al excelente equipo gerencial, técnico y oportunas compras de carbón.
Los subsidios han sido un aspecto importante para evitar que precios de alimentos, combustibles y energía, afectados por una inflación mundial fruto de una pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, repercutan en la capacidad de compra de los ciudadanos.
Fue necesario aumentar el subsidio de las distribuidoras en US$823 millones para no afectar a los usuarios con subidas de electricidad. Si vemos países como Estados Unidos y España, el costo de la factura a los consumidores se ha más que duplicado.
Un buen amigo, que tiene un pequeño apartamento en Miami, que no va regular, me cuenta que su factura se ha duplicado de 25USD mensuales a 50USD.
Por otro lado, al preguntarle a un banquero cómo va el presupuesto con respecto a la ejecución de los últimos dos meses, me dice que están por encima.
Subsidios directos: entre los programas Aliméntate y Supérate se apoyaron familias con 1,650 y 1500 pesos mensual, es lo que, por experiencia en apoyos similares desde el sector privado, permite a una familia de cuatro poder tener una alimentación básica.
La pobreza se redujo en 2.1% en momentos que muchas economías, fruto de la crisis mundial aumentaron sus niveles de pobreza. ¿Estamos satisfechos? No, hay que trabajar mucho más en reducir esa pobreza que nos da en la cara a todos. No puede ser que aun tengamos familias que viven en pisos de tierra y tengan que vivir con lo básico. Es una tarea tanto del Gobierno como del sector privado.
No puedo dejar de tratar el tema de Senasa porque me llega muy de cerca, trabajan con eficiencia y se ha convertido en una prestadora de servicios tanto o más eficiente que sus pares del sector privado.
La reforma policial, hace algunos años trabajé junto a un grupo de empresarios muy de cerca con la policía. Cuánta razón tiene el Presidente al decir que no se cambia de la noche a la mañana un problema de más de ocho décadas.
Tiene que ser una reforma de largo plazo, continuidad en las políticas y que bueno que hay intelectuales, empresarios y académicos involucrados porque pueden dar el sentido de largo plazo para que las políticas no duren sólo un cuatrienio.
Me faltarían páginas para tocar los temas que nos interesan, pero el espacio es el que es y que cada semana me permite este querido matutino.
Entiendo a la oposición, aunque no comparto sus críticas, han sido años muy difíciles y hemos podido navegar y llegar a puerto en tiempo de tormenta.
El país no es de un presidente, no es de un gobierno, no es de los empresarios, de los gremios tampoco, es de todos y todos tenemos que trabajar con la meta de que el índice de pobreza, hoy de 21.8%, se reduzca un 4% anual, para que en un quinquenio podamos estar lo más cerca posible a tener una sociedad más equilibrada.