Recientemente, el presidente Luis Abinader propuso durante uno de sus conversatorios con la prensa, reducir hasta 137 el número de diputados de un total de 190 que compone esa cámara, además de la reestructuración de estos, sobre todo con los elegidos por acumulación de votos. La propuesta, de acuerdo con el mandatario, sería sometida este 16 de agosto como parte de la reforma a la Constitución.
El tema con la posible reforma es plausible y ha caído bien en la mayoría de los ciudadanos y, de hecho, tuvo acogida entre los seguidores del presidente a través de su cuenta de WhatsApp.
La República Dominicana es, posiblemente, el país latino con mayor división territorial, tomando en cuenta sus 48 mil kilómetros cuadrados, además de poseer la mayor cantidad de legisladores que otros países latinos. Cuenta con 32 provincias y un senador por territorio; 158 municipios y 235 distritos municipales que a su vez se subdividen en secciones y parajes.
De acuerdo con lo estipulado en la Carta Magna de 2015, los representantes a la Cámara de Diputados se eligen en proporción a la densidad poblacional, por lo que el número de escaños va a depender de los cambios poblacionales que se dan con el paso de los años. Actualmente, la matrícula en esa cámara es de 190 diputados, 178 elegidos por representación territorial, es decir por circunscripción, 7 de ultramar y 5 nacionales.
La propuesta del presidente es atinada en el sentido de que siendo República Dominicana un país pequeño, se dé el “lujo” de tener tantos representantes, lo que significa una carga pesada para el Estado, además del débil desempeño de estos.
Los congresistas se meten en sus bolsillos millones de pesos con el mínimo de esfuerzo, diría el común de los dominicanos, que van desde el barrilito y cofrecito, salarios voluminosos, abultadas dietas, viáticos, comida, combustible, bonos navideños, exoneraciones, y pagos por la asistencia a las sesiones, algo que nunca he entendido, ni lo voy a entender.
Así que recortar escaños en la cámara baja, por lo pronto, sería una excelente idea y un gran comienzo para ir eliminando parte de esas representaciones que obedecen, particularmente a intereses de los partidos políticos.
De lograrse esta reforma, el presidente Luis Abinader se estaría coronando y sentaría un precedente de mucho valor para la sociedad dominicana. Y hay que decir que el momento es idóneo para hacerlo, a la par con la reforma fiscal.
Suprimiendo escaños también eliminamos gastos. Ojo en esa parte, al igual que echar la mirada hacia los recursos que reciben los partidos políticos. Siempre he dicho que eso es tirar los recursos recaudados de nuestros impuestos por la borda.
Un legislador que no aporte al desarrollo del país, que no legisle, que no cumpla con el deber para el cual fue escogido por los votantes, que no les sume a las comarcas que representan, no merece ocupar una curul, mucho menos representar a un conglomerado.
La gente está cansada y hastiada de la representatividad. Cada 4 años tenemos más de lo mismo. Abogo para que vayamos eliminando poco a poco ese poder legislativo y representativo y comencemos a abrazar una democracia más directa y participativa.