El reto principal respecto a la Estrategia Nacional del Desarrollo (END-2030) es “hacer que las cosas sucedan”. Decimos “respecto” pues no es un problema de la END-2030, sino de quienes han de implementarla en el tiempo. Esto así pues se trata de un valioso instrumento y como tal depende de quienes lo utilicen y cómo lo utilicen. Por lo que los 12 puntos de retraso de la República Dominicana (92 a 104) en el más reciente Informe Global de Competitividad, no cuestiona el instrumento como tal, sino su efectiva aplicación.
A propósito de la aplicación de la END-2030, procede resaltar que la misma establece la Articulación de Planes y el Plan Plurianual. En tal sentido, se tuvo la gran oportunidad de que entre el 2012 que es cuando se promulga la Ley 1-12 y el 2016 correspondían los planes plurianuales para ese período. Lo anterior significa que en el 2016 debieron evaluarse y proceder al período subsiguiente (2016-2020) con nuevos o renovados planes plurianuales.
Todo parece indicar que se formularon en varias instituciones los planes plurianuales; pero no queda claro si se tuvo la previsión de hacer las evaluaciones de rigor y preparar los subsiguientes. Mas se está a tiempo, el retraso no sería significativo y desde el punto de vista gerencial no es un problema grave. Pero evidencia incomprensión en relación al seguimiento, lo cual es una de nuestras debilidades como Estado y como nación. Debemos repetir que la República Dominicana ha ocupado lugares cimeros (45 entre 135 naciones del mundo) en cuanto a formulación de políticas públicas. Por lo que el gran problema es de ejecución, “hacer que las cosas sucedan”.
En atención a lo anterior y sin variar el espíritu y la letra de la END-2030 y para los fines de darle el mejor uso a tan bien logrado instrumento para la gestión del Estado dominicano, se deberían introducir nuevos procedimientos o procesos. Por ejemplo, a partir de las experiencias de los planes decenales sectoriales se pueden reasumir ahora, descentralizados, con mayores márgenes a partir del concepto de planes maestros en un intervalo desde el momento actual hasta el 2030; pero considerando subperíodo de ejecución y evaluación de 4 años, con lo que se mantiene el enfoque de los planes plurianuales.
Otro aspecto aún más directamente vinculado a la implementación-el gran problema- es que se estructure un sistema de seguimiento con una visión integral a través de un componente estratégico y un componente operativo incorporando sistemáticamente la auditoría de desempeño y el análisis de brechas.
La RD-END 2030 necesita de un renovado impulso. Aún se está a tiempo.