La aspiración más elevada de una sociedad organizada es la de vivir y desarrollar sus actividades cotidianas y de progreso en un clima fortalecido por un régimen de Orden y Justicia equilibrados, como expresión genuina de buena gobernanza y libertad.

Los cambios estructurales en la Policía Nacional y la advertencia tácita a los institutos castrenses, así como la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio y otras legislaciones destinadas a controlar la trata de personas e ilícitos similares, parecen dar un respiro a la sociedad en esas aspiraciones.

Fortalecido el orden y adecentada la justicia, los dominicanos tendremos el espacio adecuado para crecer en el marco de los ejes que sostienen la convivencia pacífica, como la salud, educación, vivienda, economía, alimentación y libre tránsito.

Por mucho tiempo, hemos sido víctimas de una justicia sorda, muda e indiferente, con camino abierto para el desorden, la delincuencia y el crimen organizado, incluyendo a elevadas autoridades que abusan de su investidura para acumular fortunas.

Si con la aplicación de esta legislación y otras que están en carpeta, así como la activa actuación de un Ministerio Público moral y decente, logramos consolidad un efectivo régimen de consecuencias, la sociedad dominicana podrá recobrar el tiempo perdido, para empezar con entrega a cosechar los frutos de una justicia más justa.

Con una policía bien formada y militares honestos, la garantía de un orden correcto, la defensa de los intereses nacionales y de la soberanía en sentido lato, jueces y fiscales capaces, serios, honestos y valientes, los dominicanos abrazaremos la esperanza de poder vivir en paz.

De esta forma, se garantiza la dignidad de país, la preservación del Erario y una generación de políticos temerosos del delito, protectores del Estado y respetuosos de los derechos ciudadanos. Tengo derecho a soñar.

Posted in Punto y Coma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas