Aunque resulta ilógico o de contrasentido político-electoral que la oposición mayoritaria -RescateRD- se haya decantado por empujar o apostar por un escenario de segunda vuelta o balotaje; curiosamente, cada vez más se va configurando un probable escenario de que no habrá definición de un ganador el próximo 19 de mayo, y, por vía de consecuencia, que, por segunda vez -desde que se instauró la modalidad (reforma constitucional-1994)-, el país tendrá un presidente electo o reelecto el tercer domingo de junio.
Honestamente -y siendo coherente-, no estamos seguros de un escenario de segunda vuelta por varias razones: a) no hay tradición o cultura-país sobre segunda vuelta (el dominicano vota por el que cree o le han hecho creer que va a ganar, o no va a votar -por inducción-manipulación o interés de gobierno, partidos o sectores específicos, falta de educación cívica-ciudadana, desinterés o no creencia en partidos y líderes políticos-), b) estamos convencidos de que el partido de gobierno tratará de reeditar, aunque por otras vías, el mercado o compraventa de votos y abstención inducida de febrero; y c) sobre la JCE hay muchas aristas o suspicacias -antecedentes de febrero- que penden, como espada de Damocles o punto de mira, sobre ese organismo. En otras palabras, creemos que en estas elecciones, como en ninguna otra post-Balaguer, está en juego el futuro de nuestra democracia vía la irrupción de un abismo-crisis. Y no quisiéramos ser pesimistas, pero así vemos el actual proceso -por demás algo atípico o sobrecargado de “encuestas”, publicidad estatal y narrativa oficial de triunfalismo condicionante-. Incluso, el presidente, en reiteración de ese triunfalismo-populismo (Listín Diario), ha proclamado que post elecciones convocará una reunión de candidatos para el 2028 -¿nos estará leyendo las cartas, u obvias que, en contradicción, desterró el principio estatutario de no reelección en su partido (legado Peña-Gómez)?-
No obstante, el probable escenario de segunda vuelta o balotaje, contrario a nuestra creencia o percepción, cobra visos de posibilidad, si observamos la excesiva publicidad estatal (¡sin precedentes! -como el endeudamiento público-país-) y las previsiones últimas de la JCE que, entre sí y no, quiere como cuidarse en salud; pero, más que todo, la oposición mayoritaria -RescateRD- que, aunque prudente, algo que nunca lo fue el actual partido de gobierno en la oposición, ha dejado postura pública, contundente, en el sentido de que frente a actos u eventos de abuso de poder (como montar carpas-centros u otra modalidad para la compraventa de votos) que obstaculicen el libre ejercicio y respeto a la voluntad popular o que se quiera ganar como quiera o como sea, habrá resistencia firme y decidida.
En fin, lo de un probable balotaje; aunque no a rajatablas, parecería ser el escenario que podría significar un real equilibrio o garantía de que el que ganó ganó y el que perdió perdió…(otro escenario -de dudosa o cuestionada credibilidad pública-, a pesar del extraño silencio que prevalece, podría traer imprevistos y sobresaltos nada halagüeños). En consecuencia, de darse lo anterior, en cierta forma, estaríamos condenados -por maleficio o no se qué-, a repetir el escenario, forzado y de presión, de febrero-2020 (con sus voces y llamadas de la otrora oposición al presidente de la JCE). O tal vez, como dice el refrán, porque “…el que a hierro mata a hierro muere”.