Hace una semana en una reunión con uno de nuestros clientes más importantes en las Antillas Menores me comentaba lo impresionado que estaba de nuestro país. Su crecimiento y todas las oportunidades de crecimiento que ofrece.
No puedo estar más de acuerdo con él, nuestra economía crece muy por encima de las de la región y mientras internamente no vemos eso como importante, si lo aprecian los que ven nuestros números.
Es necesario mantener eso y no es posible si no analizamos los factores que debemos cambiar.
Enfrentamos unas primarias que no terminamos de ver claras. La Junta Central electoral ha decidido, con el apoyo de los partidos, el voto electrónico, que sin dudas será un avance. Pero, sin embargo, luego de muchos años de no tener una ley de partidos ya empezamos a violar la misma.
El artículo 47 establece que las primarias deben ser cubiertas con el aporte del presupuesto a los partidos. La JCE ha dispuesto solicitar al gobierno 1,449 millones, esto es antes de lo que el próximo año costará celebrar las elecciones.
Muchas veces pienso que tanto en el gobierno como en el propio sector privado le hemos perdido el respeto al dinero, terminamos tomando préstamos para completar el presupuesto y cuando lo hacemos para inversión bien, lo grave es tomar prestado para gastos, como será la celebración de las primarias y luego las elecciones. ¿Será el famoso costo de la democracia?
Es noticia de primera página cuando un abogado y un político se enfrentan a golpes en una boda. Sin embargo, lo que hacen humildes mujeres en áreas abandonadas por mejorar la calidad de vida de su comunidad es desplegada en las últimas páginas y a pocas columnas.
El párroco fray Frankely Rodríguez, con mucha razón criticó en una misa donde estaba la dirigencia del mayor partido de oposición, la indiferencia de la misma ante temas nacionales. El párroco tiene toda la razón, un país sin una oposición firme corre el riesgo de otras naciones donde por la debilidad de la misma los países terminan en un caos. Sólo miremos al sur de nuestro continente.
Los gobiernos deben entender que las críticas son necesarias y lejos de hacerles daño, es un aporte a que sean eficientes en las funciones para las que fueron elegidos o designados.
Cuando se elige un amigo se acepta con sus virtudes y defectos, esto no quiere decir que se apruebe lo mal hecho. ¿Quisiera preguntarme, cuál de los políticos dominicanos no ha salido en una foto con alguien que no quisieran? ¿Quién no tiene un amigo con defectos?
Es el mismo caso de las empresas cuando sus consejos de administración no exigen a los que tienen la función de administrar estas corren el riesgo de no tomar la mejor decisión para la empresa, sus empleados y sus accionistas.
Mantuve un amable intercambio con un amigo al que admiro, no sólo por su capacidad en escribir, sino muchas veces por su forma hábil de quedar bien con todos.
Es el caso que ha generado la enorme discusión en el país frente a las críticas del Procurador en el Consejo Nacional de la Magistratura a la jueza Miriam German. Criticaba el hecho de su amistad con un político al que se acusa de corrupción. Le decía que si me toca defender a alguien por afecto sería al procurador a quien conozco y es amigo de uno de mis hijos. A la jueza no la conozco, lo que he oído a muchos abogados, incluso abogados de funcionarios de este gobierno, es que es una jueza competente y honesta.
Estas discusiones no benefician al país, es muy importante contar con jueces probos, con una justicia independiente y que cuando sea necesario criticar se haga basado en pruebas sólidas e irrefutables.
El escándalo de la intervención de teléfonos es una práctica tan vieja como ir al dentista o ser familiar de un productor de televisión. Ojalá aprendamos a respetar la privacidad de otros y en el momento de tener que tomar decisiones lo hagamos con propiedad y no en base de nuestras amistades porque en un país tan pequeño puede ser muy peligroso.
De esta discusión el país puede salir ganando, aprovechar las diferencias que se han generado y en las próximas reuniones del Consejo Nacional de la Magistratura, concretarnos en elegir jueces capaces y honestos.
Como decía, la complacencia en la justicia como en los consejos de las empresas son malos compañeros y finalmente terminamos lamentándolo.
Pensemos en la crisis bancaria del 2003, si los consejos de esos bancos hubiesen sido exigentes con sus gerentes, hoy no tendríamos la deuda cuasi fiscal del Banco Central, que nuestros tataranietos no serán capaces de pagar. Los banqueros eran amigos de muchos, incluyendo a mí, no por eso estuve de acuerdo con la crisis que nos crearon.