Cada vez que el PLD anuncia que su presidente -y expresidente- Danilo Medina saldrá para las calles a juramentar nuevos miembros, curiosamente, se activa una campaña mediática-“periodística” sobre rumores de posibles acciones específicas del ministerio público “independiente” tras ex funcionarios o dirigentes del PLD; o cuando no (vía una jauría de bocinas progubernamentales y una minoría, ultraderecha-trujillista, de la periferia FP que fue aliada al PRM en 2020), haciendo mención directa al expresidente.
Tal estrategia política-mediática ya es una recurrencia que, al parecer, persigue variopintos objetivos políticos-electorales: a) amedrentar, b) tratar de paralizar al partido cabeza de oposición, c) distraer la opinión pública; y d) darles oxígeno a las acciones de un ministerio público mediáticamente influenciado, quiérase que no, por una vocería “periodística” y de redes sociales bien orquestada.
Y no sabemos por qué el temor -al PLD y al expresidente-, pues, según las “encuestas” de esos armadores o estrategas, el PLD está, de cara al 2024, frito -o, mejor dicho, totalmente derrotado-, su presidente inhabilitado (así lo consigna la Constitución vigente); y encima, algunos de su cúpula -diríamos los más diestros y emblemáticos de bajo perfil-. Entonces, no se explica la importancia ni el asedio, a menos que esas “encuestas” estén diciendo otra cosa diferente a lo que se quiere vender y publicitar en la opinión pública.
Sin embargo, esa estrategia -la de amedrentar e instrumentalizar vía redes sociales y bocinas “periodísticas” al ministerio público- tiene sus bemoles, pues al ser coyuntural y no sustentada en una política institucional y sistemática, terminará siendo, como otras veces, cíclicas y no exenta de sesgos políticos con fines electorales.
Por lo pronto, no creo que, a mediano plazo, esa estrategia siga teniendo éxito, pues mientras más se acerca el 2024 en esa misma medida -de tiempo y espacio- se irán definiendo los escenarios políticos-electorales y los tiempos agotándose hasta llegar un momento que, la ciudadanía, tendrá que decidir, en las urnas, sobre realizaciones concretas y no de percepción artificiosa o mediática. O peor: Mirarse en el espejo social y de costo de la vida: 2012-2020 frente al 2020-2024.
Esa será la real y gran encuesta nacional… (aunque al PLD, en pleno, lo hagan preso -aun en el imaginario-deseo de algunos o realmente-).