Nadie me convencerá de que la actual coyuntura política-electoral no se parece a ninguna otra antes vivida en la sociedad dominicana, pues nunca se había visto la ocurrencia de tantos disímiles eventos al ritmo pasmoso en que se suceden: posposición, inédita, de unas elecciones, protestas ciudadanas y de jóvenes indignados –“apolíticos” y sin mapa-pliego de demandas descifrables que defina su ruta-, cacerolazos políticos teledirigidos -¿pues, ¿escasez de qué?-, campaña política virtual de manipulación y bulos -que dejó atrás mítines y galleras-; y por último -con la entrada de Margarita-, machismo de doble vía: el de los partidos-hombres y el de algunas mujeres. ¡Todo como en botica!
Y si esto, como he sostenido, no es un cierre de ciclo político-generacional -a su manera-, entonces: ¿qué diablo será?
Ojalá que, en medio del carnaval político-electoral -que corre como rio en dos causes (clase media ruidosa-ostentosa vs. clases bajas con el vaso a medias)-, los ciudadanos reparen en algunas que otras propuestas y no se vaya todo en “agua de borrajas”; y después, andemos maldiciendo alcaldes y regidores… (Y luego, a diputados, senadores y presidente –entre ellos: insulsos, nada empático y Pinochos -Jorge Ramos, cachó uno-).
Por ello, la tarea de los medios –respetables y no ‘tendenciados’ con candidato alguno (¡que quedan pocos!)- y las academias es organizar, de alguna forma, este carnaval-electoral que va, hasta ahora, sin contenido ni moderador alguno que se vista de país y haga el ejercicio ciudadano de, por lo menos, que, entre ellos -los candidatos-, se pregunten-cuestionen sobre sus nombres y propuestas; y sobre todo, el cómo y para qué el poder municipal. Porque si no, mejor remembrar a don Chencho y Bartolo de los spots de Balaguer y el PRD.
Y por último, ya sabíamos del machismo en los partidos –y lo bien entronizado que está-, y también, aunque solapado, el de algunas mujeres -mujeres que ni quieren ni votan por mujeres- que, quiérase que no, Margarita candidata ha puesto sobre el tapete y que mejor lo recrea dos tuits de dos periodistas: Marien Aristy Capitán y Altagracia Salazar. La primera -y me adhiero-, más próximo a la defensa de género: “¿Por qué pretender que renuncie a su carrera política por su marido?”; o la segunda, “Magrita aspira a vice y a primera Dama en un mismo proceso. Cuanto valor…”.
Deduzca usted, amigo lector, en cuál de los dos tuits está el aguijón político-machista (…). Porque: ¿Con cuántos partidos no se ha aliado Leonel para hundir al partido de Margarita?
No obstante, Margarita le cambió la sazón al actual sancocho político-electoral, ¿o no? O quizás, el rumbo….