Demorizi prosigue describiendo momentos históricos donde el sentimiento nacional se expresa al través de la lira de diversos poetas, con registros distintos, pero todos combativos y con alta vena patriótica. Incluye, también, poemas de poetas desconocidos, como este “extenso romance” sobre el espanto “de las invasiones haitianas”: Cómo no se eclipsa el Sol// y se estremecen los cielos,// la tierra tiembla de espanto// al ver tantos sacrilegios?// ¡Oh Santo Dios que sufrís// tan execrable despecho,// mirad con benignidad// y rostro afable y sereno// a todos los pecadores,// y asentad en vuestro reino// las almas de tantos fieles// que en estas guerras han muerto!.
Luego, tras la Reconquista encabezada por Juan Sánchez Ramírez, el doctor José Núñez de Cáceres, quien insinuó al héroe “crear una República, siguiendo el ejemplo de Venezuela”, escribió un largo poema titulado: “A los vencedores de Palo Hincado”, donde “su canto no va dirigido a España; su hispanidad es meramente externa, velo que cubre sus ocultas intensiones. Su patria, tantas veces mencionada, no es España, sino la patria que él haría libre en 1821”. En este célebre poema, Núñez de Cáceres, menciona “el suelo patrio”, la “patria”, “el suelo natal”, varias veces. Por ejemplo: “Que al suelo patrio causa la memoria…// que de extranjero yugo redimieron// a Patria, y dulce libertad le dieron…// el suelo patrio de opresión forzada….”.
Unos años después, el día 1ro de diciembre de 1821, “el poeta proclama la independencia de la parte española de la Isla: junto a él están los heroicos soldados de la Reconquista”, afirmando Rodríguez Demorizi que “como siempre, la libertad ha tenido otra vez animadores gérmenes en la poesía, la poesía patriótica”. Al respecto, decía César Nicolás Penson sobre Núñez de Cáceres, que este “cantaba asunto original y nacional, y daba la nota patriótica, que ha sido la que más ha sonado siempre en nuestra poesía, porque esta patria nuestra ha sido la más infortunada de las patrias” (pág. 22). Menos de tres meses después, el 9 de febrero de 1822, se inició la invasión haitiana, y por mucho tiempo enmudecieron “las épicas trompetas de la poesía patriótica, aunque el alma dominicana”, según el autor, se mantenía firme en su deseo de libertad.
En el periodo, según Demorizi, no se produce una importante poesía patriótica nacional, solo cita dos autores extranjeros, de pobre factura. Según él, habría que esperar hasta 1843, fecha de la publicación del libro “Ensayos poéticos”, del “joven poeta Francisco Javier Angulo Guridi, cuya familia fue a residir en Cuba a raíz de la invasión haitiana”.
En los poemas de este libro, según Demorizi, “el patriota expresa las desazones que le causa el angustioso estado de la tierra natal, oprimida”. Y afirma que uno de estos poemas, titulado: “El Homenaje es, quizás, hasta ahora, la más antigua poesía dominicana del destierro que ha llegado a nosotros”: “Veinte años de expatriación// y de infortunio constante// descoloran mi semblante// dando en él la palidez:// veinte años! Mas no han podido// robarme en su suelo triste// la esperanza que me asiste// de saludarte otra vez.”