Dicen que para los gustos se hicieron los colores. Pero, muchos creen que son una “monedita de oro” y que deben agradar a todos.
Me gusta mucho YouTube, les saco mucho provecho a los videos; ya sean de cocina, de finanzas, de diversión, de inversiones, de jardinería, de reparación de algo que necesito componer, y mucho más.
En estos días necesité de urgencia hacer algo y de inmediato conseguí un tutorial simple, corto y preciso. Las instrucciones me sirvieron. Tenía decenas de miles de me gusta, y algunos comentarios negativos. ¿Por qué?
La sociedad es muy criticona y exigente. Más hoy, en estos tiempos de la vida pública. Mostramos y nos muestran en las redes. Los antisociales se dedican a hacer sentir mal a todo aquel que dobla las rodillas ante ellos.
Nuestra ropa, los lugares que visitamos, lo que hacemos o dejamos de hacer, lo que decimos y lo que callamos, y más. Todo es una oportunidad de crítica. Los odiadores, haters en inglés, están al asecho. ¿Por qué son los comentarios que más valoramos?
Queremos ser moneda de oro y caerle bien a todo el vivo. La mala noticia es que no es posible. Por más desapercibido que quieras pasar, siempre servirás de blanco para algún criticón.
–¿Qué debería hacer, Diego Sosa?
Concentrarte en quién quieres ser y poner límites a los que te hacen sentir mal.
Nunca todos estarán contentos con quién eres. No importa cómo seas. A algunos les gusta el pelo corto; a otros, no les importa, mientras unos lo odian. Hay gente que adora a las personas que hablan mucho; otros, no las soportan. Hay personas que aprecian a los que manejan bien sus finanzas; mientras otros les llaman tacaños. En fin, no hay forma de caerles bien a todos.
Lo importante es alejarnos de las críticas, incluidas las mal llamadas constructivas. Frenar a los criticadores… se lo merecen, no les tengas pena.
¿Te atreves a poner a alguien en su puesto por hacerte sentir mal con alguno de sus comentarios cargados de veneno?