Aunque la oposición y su último agregado o franquicia -la FP- han querido o, mas bien pretendido vender dos relatos: un imaginario “fraude electoral” y que febrero municipal, de alguna forma, no anticipa o condiciona las elecciones presidenciales y congresuales de mayo; sin embargo, lo que se proyecta y configura es una polarización (de dos bloques-coaliciones) o suerte de referendo anticipado-ciudadano -y de maquinaria política-electoral- entre el partido gobernante (-el PLD-, con una exitosa obra de gobierno) y su candidato-relevo, Gonzalo Castillo, y la oposición encabezada por el PRM y su repetido candidato, Luis Abinader. Variar esa polarización, por más que se intentó, fracasó.
Porque aunque ciertos actores y líderes políticos no lo crean o subestimen, el dominicano -de a pie-, que es visceralmente político, ha desarrollado un agudo olfato sociopolítico que le permite descodificar estratagemas mediáticas para confundirlo o manipularlo –perceptiva u electoralmente- ya sea a través de medios tradicionales (prensa escrita, radio, televisión, etc.) o de los novísimos tecnológicos: diarios digitales y redes sociales; y vías ambas modalidades-plataformas las campañas sucias, negativas o de noticias falsas.
Y hay que admitirlo, nadie ha sido más hábil o sabio, en esos menesteres tecnológicos, que quien fue capaz de admitir que, en el ejercicio del poder, había “aprendido mañas”; por supuesto, de esas “mañas” y sus manejos, el país entero sabe quién -y su equipo- es más ducho-proclive, sin importar esté en el sótano electoral o engañándose a sí mismo.
Tampoco habrá impredecible golpe de efecto mediático -como renuncia o noticia-bulo de último minuto-, que todo el mundo sabe es lectura-engaño “…de cartas entre Gitanos” o dinero que nos pasamos de un bolsillo al otro. Esos trucos, de marketing político, ya no surten los efectos u objetivos deseados, máxime si quienes los protagonizan-ejecutan son tránsfugas, voceros kamikazes -ultraderecha- o, teórico-políticos que sabemos, aunque solapado, donde y con quien han estado. De modo, que el daño o efecto político o colateral que se procure por ahí, y más a estas alturas, es y será, prácticamente, inicuo o nulo (¡Tiro en garza!).
De tal forma que no habrá “tutía”, pues, a cada partido, líder, candidato o coalición, este próximo domingo, les contarán los votos, electrónica o manualmente; o igual, rápido o despacio. Sin duda, no habrá relato fantasioso que resista lo demostrable o palpable ante delegados, observadores nacionales e internacionales de lo que será expresión y voluntad libérrima cívico-ciudadana.
A fin de cuentas, este domingo -por demás-, caerán tres mentiras-relatos: el fantasma del “fraude”, que febrero no condiciona mayo y el transfuguismo político-intelectual -que, en su momento, se vistió de correrías callejeras y seudo “defensa” de la Constitución-.