Lo escribí -y lo escrito, escrito está-, tenía cierta aprensión o no certeza sobre que fluyera la democracia interna en el PLD -de cara a su plenaria eleccionaria del pasado domingo-; pero que bueno que me equivoque y que la moraleja de aquel célebre cuento de Juan Bosch, fundador y líder histórico del partido de la Liberación Dominicana, tuvo quien le escriba: “…a estos procesos se viene a ganar o a perder…”, Danilo Medina, expresidente, líder y recién electo, por aclamación unánime, presidente del PLD.
Eso sí, aún persiste-insiste cierta verticalidad-ortodoxia -¿cultura, dogma o inducción?- del otrora partido de cuadros. Innegable.
No obstante, quince nuevos rostros-dirigentes -hubiese querido más; e igual, más equidad de género- integran ahora la membresía del Comité Político lo cual satisface una vieja deuda o aspiración de un partido que tenía décadas sin renovar su dirigencia a todos los niveles, algunos aún pendiente -provinciales, municipales, circunscripciones, direcciones medias y de seccionales-, pero lo del pasado domingo es una excelente señal de cambio y renovación.
En pocas palabras, se podría decir que el PLD salió feliz y promisorio de su IX Congreso José Joaquín Medina y de la coyuntura post-electoral, cerrando, de alguna manera, una fase difícil de su vida orgánica e institucional. Y eso es bueno para el sistema de partidos y la democracia dominicana.
Vale resaltar, que, al frente del PLD, estarán dos figuras relevantes; y si se quiere, de temple de combate y experiencia de Estado: el líder y expresidente -con una gestión de gobierno, en su haber, sin precedentes-; además de fino estratega y fraguado en las grandes lides políticas, Danilo Medina; mientras que, a su lado, estará un diestro y hábil conocedor del manejo de los medios, de verbo fácil y arma en ristre…, el exsenador, Charlie Mariotti. ¡Mejor de ahí, ni a pedir de boca…!
Lo que queda, en lo adelante, es, como dijo el nuevo secretario general: “sanear el padrón” -¡algo impostergable!-, hacer un ejercicio o diagnóstico de crítica-autocrítica -creo se hizo algo al respecto (profundizarlo-socializarlo, agregamos), implementar los mandatos y resoluciones del IX Congreso, diseñar una hoja de ruta o de trabajo para reactivar el partido y hacer oposición constructiva, propositiva, de país; pero también, oposición como le toca al PLD.
Otra cosa…, es resabios, rap -pésimo- o confundir resonancia periodística-mediática y de redes sociales con liderazgo político.
Cuando, y lo sabe todo el mundo, militar en un partido político es un acto voluntario y; por lo tanto, ¡nadie está obligado a ello…!
Tampoco para uno irse, si alguien lo decide, hay que hacer tanta bulla…, a menos que el interés sea otro….