La última etapa de la campaña política estadounidense se proyecta dinámica y entretenida, por los elementos que cotidianamente se están conjugando desde los dos sectores políticos enfrentados, mientras que de manera contrastante se filtran la incertidumbre y el temor de que aumente la violencia política y como esto podría influir en los votantes.
Las nuevas estrategias se centran en la captación del decisivo voto latino, con el despliegue desde ambos litorales de una propaganda política enfocada en las celebraciones por el Mes Nacional de la Herencia Hispana; y del voto joven, que tiende a ser emotivo, por lo que están jugando un rol de primer orden la alineación de personas famosas, sobre todo las que están relacionadas con la industria del entretenimiento, al ser este un factor significativo asociado a la cultura de masas (cultura pop).
Es por esto que en las últimas semanas los aspirantes presidenciales se han repartido las adhesiones de personalidades reconocidas, para darle impulso a cada uno de sus proyectos. Aunque analistas consultados difieren sobre el impacto positivo del apoyo de las celebridades, porque no siempre se traducen en votos, aunque sí en la captación de financiamiento.
A modo de ejemplo traen a colación el apoyo que logró Hillary Clinton cuando aspiró a la presidencia en 2016, de figuras icónicas y que estaban en su mejor momento, como Beyonce y su esposo Jay Z, sin embargo, Donald Trump logró imponerse, porque en el sistema político electoral estadounidense tienen más peso los delegados que respaldan a los candidatos, que son elegidos a través de elecciones primarias y los llamados “caucus” (asambleas).
De manera contrastante, un nuevo estudio realizado por la Ash Center for Democratic Governance and Innovation de la Universidad de Harvard, compartido en exclusiva con CNN, concluye que los famosos desempeñan un papel influyente en la promoción de la participación cívica.
“Aunque algunas encuestas muestran que la gente afirma que no se ve influida por las voces de los famosos cuando se trata de política, pruebas más rigurosas indican que estas voces son increíblemente poderosas”.
Por esto ha creado grandes expectativas el apoyo de la cantante Taylor Swift al proyecto de Kamala, no solo porque le dio un giro a su tendencia de respaldar a candidatos conservadores, sino porque a escasas horas de hacer pública su preferencia política la plataforma Vote.Org recibió más de 400 mil visitas provenientes del Instagram de la estrella de la música, según el medio de prensa de New York Time. Swift cuenta con una legión de seguidores.
Trump no se ha quedado atrás y ha dado un golpe de efecto no solo al anunciar el respaldo de celebridades anglosajonas, sino latinas de origen boricua, algo impensado hasta hace poco, a sabiendas de que el líder político es crítico del asistencialismo y de los vínculos políticos poco beneficioso que tiene Estados Unidos con Puerto Rico, además de que se recuerda que no tuvo una adecuada gestión de la crisis derivada de los fenómenos atmosféricos como el huracán María, que azotaron la isla durante su gestión. La iniciativa ha causado revuelo en el ambiente farandulero internacional, por las posiciones a favor o en contra.
De su lado, la organización Unidos US, uno de los mayores colectivos latinos con presencia en Estados Unidos, confirmó que Kamala aventaja al exmandatario con 27 puntos de cara a las presidenciales de noviembre, por lo que es lógico que este último intente remontar en las encuestas que miden la intención del voto en segmentos claves como los hispanos, que suman 36 millones con derecho a sufragar.
Mientras tanto, la guerra de encuestas está en marcha y los datos benefician a uno y otro candidato, lo que depende de las situaciones coyunturales y del discurso que asumen sobre temas y sectores neurálgicos, siendo los de más interés la migración, el aborto y la economía, de acuerdo al último debate. Cuando restan menos de dos meses para las elecciones, resulta extemporáneo vaticinar quien será el vencedor, porque el escenario está muy polarizado y esto también influye en la percepción.