El gobierno que asume la conducción del estado dominicano el próximo 16 de agosto, debe ser muy cuidadoso en cuanto a los servidores que están en la nómina pública. El presidente electo, Luis Abinader, debe ser muy cauto al tomar alguna decisión que pueda conllevar una cancelación masiva de empleados de la administración pública.
Los nuevos gobernantes deben entender que en nada ayuda a la estabilidad política y social que haya un coro de funcionarios designados o congresistas del PRM, anunciando que decenas de instituciones públicas serán clausuradas y que miles de empleados serán lanzados a la calle. Quienes tienen ese discurso y quieren llevar a la práctica esa equivocada decisión, no entienden la magnitud de la crisis económica que está viviendo nuestra nación y el mundo, ante los efectos devastadores de la pandemia del coronavirus.
Lo que le espera al nuevo gobierno como resultado de la crisis económica mundial es algo que no tiene precedentes. En los momentos hay una situación difícil a nivel de empleos privados, pues de acuerdo a cifras oficiales hay más de un millón de trabajadores que están suspendidos temporalmente, y es posible que la mayoría de ellos sean cancelados en los próximos meses. A esa dura realidad de un incremento extraordinario del desempleo en el sector productivo, un gobernante no puede ser tan injusto e inhumano de lanzar a la calle a más de 100 mil empleados públicos, pues con eso estará creando una crisis de tal magnitud que podría convertirse en una bomba de tiempo, la cual al explotar afectará de manera significativa los niveles de estabilidad social y política, y por vía de consecuencias, la necesaria y urgente dinamización de la economía.
El nuevo gobierno tiene todo el derecho de sanear la nómina pública. Nadie puede regatear eso. Pero una cosa es sanear la nómina y otra muy diferente es desarrollar una cacería en contra de todo el que trabaje en el estado por vincularlo al partido perdedor de las elecciones. Es muy cierto que hay una cantidad considerable de empleados que no justifican su labor, pero también es muy cierto que hay decenas de miles de empleados públicos que forman parte de la carrera administrativa, los cuales por ley no pueden ser tocados, y que hay otra gran cantidad que a pesar de no pertenecer a dicha carrera, hacen su trabajo con eficiencia y honestidad.
En ese aspecto, el presidente electo Luis Abinader, debe escuchar con mucha atención la alerta que hace Circe Almánzar, vicepresidenta de la Asociación e Industrias de la República Dominicana. Ella, consciente de la situación que se vive, dijo lo siguiente: “El Estado debe ser “muy cuidadoso” con el tema del nivel del desempleo en momentos que la economía está siendo afectada por la actual pandemia de coronavirus. Esperamos que los nuevos gobernantes tomen en cuenta que un nivel de desempleo que ya existe en el sector privado, apoyado por desempleo en el Estado, puede provocar una crisis mayor”.
Y Circe Almánzar tiene la razón. Esa crisis mayor puede afectar la estabilidad política y social, la gobernabilidad, la paz y la tranquilidad que tanto necesitamos todos en estos tiempos tan difíciles. El mensaje está dado, ojalá encuentre oídos receptivos en las nuevas autoridades.