Mañana inicia el proceso eleccionario de las próximas autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD- para el cuatrienio 2022-2026.
Aún con la gran cantidad de estudiantes, que sobrepasan los 200 mil, el enorme número de sus egresados y todo el país que es dueño de pleno derecho de la UASD, por disposición de sus normas formalmente aprobadas, la elección de las nuevas autoridades recae en 3,215 personas; entre los mismos 2,980 profesoras, profesores y 59 ayudantes; 146 delegados estudiantiles y 30 delegados empleados.
En 3,215 personas recae tan alta responsabilidad. Es un gran compromiso; históricamente y no tiene por qué ser diferente en esta ocasión, no se recuerda ningún problema importante o crisis en las elecciones de la UASD y todo luce muy bien organizado.
Se ha estado planteando la necesidad de que la UASD dé un gran salto de calidad hasta convertirse en una organización de excelente desempeño gerencial, un caso de estudio, un modelo a seguir.
Se parte del criterio que de su organización, su gran historia de aportes a la democracia, y el hecho de que se trata de una dimensión y complejidad manejables, sí que puede transformarse en un referente para el país en sus distintas y relevantes vertientes de Investigación, Extensión y Docencia.
No se trata de respuestas a corto plazo, sí de un proceso que en distintas etapas y fases de forma continua y sistemática genere las transformaciones que se esperan y aspiran.
Es posible y además de ser claramente identificables las que han de ser las bases de un Plan Maestro UASD 2022-2042.
La UASD no es, ni puede, ni debe ser la otra universidad de la República
Dominicana. Es momento de hacer historia.
La afirmación “Nueva UASD, mejor país” no es una mera frase, una simple consigna.
Es de seguro la aspiración de sus miles de egresados, de sus profesoras y profesores jubilados, de sus profesoras y profesores activos, como de sus empleadas y empleados así como de sus más de 200 mil estudiantes; pero de manera especial de todo un pueblo que es su real propietario; sí, ese pueblo que fue inspiración de tantos uasdianos que dieron lo mejor de sí, hasta sus vidas por una sociedad más justa y próspera en tantos momentos de intensas luchas por la democracia y la libertad.
El país a partir de ahora debería estar aún más pendiente de la UASD, exigiéndole los cambios que la conduzcan efectivamente a contribuir a la cualificación de la República Dominicana a partir de su más profunda y efectiva transformación.
Nueva UASD, mejor país.