¡Hola, distinguidos lectores de elCaribe! El otro día se armó una polémica con un nombre de un compañero de labor porque, al ser de origen anglosajón, suele distorsionarse al pronunciarlo y también al escribirlo, debido a que su escritura y pronunciación escapa muchas veces a la mayoría de los hispanohablantes, sobre todo, a aquellos que ni siquiera dominan bien el idioma de origen… ¡Imagínense ustedes el tremendo lío!
Este debate sobre cómo se pronunciaba y escribía el nombre de nuestro compañero “Beykel” surgió a raíz de compartir el listado de cumpleaños del mes de enero, donde estaba escrito “Backer”, que traducido al español significa “partidario”, trayendo confusión e interacciones inmediatas.
A mí me causó gracia todo esto porque algunos aseguraron saber cómo se escribía e incluso me corrigieron, y pese a que ya había validado con el mismo “Beykel” la escritura correcta de su nombre, ¡hasta yo lo escribí mal! porque le puse una “c” en el medio (Backer), ya que se me mezcló en el subconsciente el anglosajón.
A continuación, un breve diálogo sobre la confusión que generó el nombre de origen anglosajón.
—¿Y su nombre no es Beykel? — preguntaba alguien en el trabajo al ver el nombre en el listado de los cumpleañeros del mes.
—Es Baker, creo que lo validé con él hace tiempo porque no estaba clara en cómo se escribía — respondí.
—¡Es Beykel! — me aseguró otro compañero de trabajo seguida de otras respuestas similares.
—Y cómo sabes que es “Beykel”, no sabía que habías ido al Registro Civil a asignarle el nombre —le dije muerta de risa para fastidiar un poco.
Como pueden ver el nombre que generó el debate traía mucha confusión, por lo que procedí a contactar nueva vez al dueño de este para ratificar si era Baker/Beykel/Backer.
Al contactar con el dueño del nombre confuso sobre la escritura, él me dijo lo siguiente: “En el acta de nacimiento está escrito ´Beykel, pero es Baker´”.
Estas son de las pocas cosas que puede generar ponerle a un hispanohablante un nombre que no pertenece a su cultura y de compleja escritura y pronunciación.
Quiero que apreciemos con esta historia que los padres deben reflexionar bien sobre la importancia que tiene el nombre que piensan colocarle a sus hijos, porque no se imaginan el problema que le generan a la hora de elegir uno que los marcará para siempre.
El castellano es precioso y muy rico, vamos a hacerle honor a nuestro idioma poniéndoles nombres en su idioma de origen a los niños y así no le complicamos este tema.
Les deseo a todos un muy feliz y próspero año 2025.
¡Gracias por leerme!