La historia, con rigor científico o epistemológico, no se puede escribir antes de que los hechos, fríos, se asienten; pero menos tergiversarla, para acomodar y querer dejar una impronta, sobre un líder, que, públicamente, jugó, en la pasada coyuntura electoral, su peor rol-estrategia: la de aliarse, por fijación, ego-herido y ajusta-cuentas, a sus otroras detractores-difamadores.
Insinuar que Leonel Fernández fue líder cuasi inspirador de lucha social o reivindicativa en la plaza de la bandera en cualquier momento reciente, no resiste un cotejo siquiera chueco, pues lo más que consiguió, en esa plaza (y están los videos), fue vituperios-consignas de que ni siquiera se acercara por ahí, como tampoco otros que intentaron asaltar ese movimiento, en algún momento espontáneo -luego, teledirigido-, de la clase media que, no muy tarde, sabrás, también, cómo escribiera Peña-Guaba, “para quién trabajó” o, a quién le hizo “la campaña”.
Y, “!El no he visto un leonelista llorar!” -de Almeyda-, tiene razón, por lo mismo que Peña-Guaba confesó. Pero, además, ¿quién ha gozado más el triunfo del PRM que un leonelista? !Nadie! Esa alegría fue y es innegable: en las redes, artículos, “reportajes”-tendenciosos y hasta en pseudo análisis de leonelista-comisario-, se han cebado exhibiendo y escribiendo, con más odio-resentimiento que mujer despechada, sus crónicas de rencor y amargura.
Todavía hoy, a casi un mes de las elecciones, los leonelistas siguen celebrando la victoria que, más que de perremeístas, parecería suya. Y eso dice mucho de hasta donde caló esa alianza que Leonel Fernández pactó. Pero, cosa rara: jamás se atrevió a refrendar o dar la cara en público por ella. La atizó y fomentó solapadamente, porque, en público, para confundir, vendía el discurso-engaño de segunda vuelta o balotaje, cuando era evidente que apostaba a la primera -sin declinar como candidato-, pues, sabía que no tenía posibilidades (¿quién sabe más de encuesta que Leonel?).
¡Los tontos útiles nunca estuvieron en el PLD…!
Y no fue que Leonel Fernández “sacrificara” nada, fue, que, sencillamente, Leonel trabajó y operó, única y exclusivamente, para contribuir a sacar al PLD del poder. Por supuesto, un Leonel, devaluado electoralmente, no podía sacar del poder al PLD -eso lo sabíamos-, pero sí ayudó -con su oposición a su otrora partido-gobierno, correrías dizque en “defensa” de la Constitución, la suya, 2010; y su delirio-fábula de “fraude”- a ganar al PRM. Por ello, es y será compromisario político-estratégico del próximo cuatrienio que inicia este 16 de agosto…
De esa hazaña -su pacto-alianza-, si podrá jactarse Leonel Fernández y sus acólitos que, si no pasan la página, pronto, se quedarán rumiando odio y resentimiento.