Como resultado de la gran depresión de principios de 1930, el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt creó un programa al que llamó lo que en español sería el “Nuevo Acuerdo”.
Desarrolló proyectos públicos importantes como carreteras, viviendas, electrificación, apoyo a los agricultores, la industria, apoyo a los jóvenes y envejecientes.
Desarrolló lo que llamó “La coalición para el nuevo acuerdo”, que logró cohesionar, a través de su partido demócrata, todos los intereses de agricultores, obreros de la construcción, trabajadores de la industria, intereses políticos y sociales.
Ejemplos como este es que debíamos estar imitando para poder paliar la enorme crisis económica que se nos viene encima. Esta crisis le tocará por igual a cualquiera de los cuatro candidatos que participan en las elecciones a celebrarse el próximo 5 de julio.
Parecería que estamos haciendo lo contrario a lo que sería un “Nuevo Acuerdo” porque, antes de la crisis sanitaria teníamos cuestionada credibilidad en los responsables de organizar las elecciones y ahora se complica con crisis sanitaria y una intención de ciertas bocinas que alegan no existen condiciones para llevar a cabo el proceso, cuando ya otras naciones han tenido procesos electorales exitosos.
El país ha transitado por el más bochornoso proceso electoral de los últimos 27 años cuando debió suspenderse las elecciones del 1994, porque de continuar votarían más de los inscritos.
Ahora, muy a pesar de las advertencias sobre el sistema automático, la testarudez fue de tal magnitud, que no sólo dividió el país medalaganariamente entre votantes manuales y automáticos, lo que nos costó dinero, pandemia e imagen internacional deteriorada.
En un hecho más del cúmulo de errores, la semana pasada en las redes se mostraba un camión de la JCE entrando en lo que parecía un comando de campaña, que estoy seguro de que, como yo, no sabíamos de quien era hasta que el presidente de la JCE confirmó que era subcontratado y que entraba al comando del candidato del gobierno, pero que a pesar de tener la identificación de la JCE no era en funciones de dicho organismo.
Con estas penosas declaraciones afecta al candidato oficial y deja abierto que cualquier vehículo con siglas de la JCE, sea arrendado a terceros o propio, pueda entrar en cualquier lado y los honorables miembros se laven las manos como Pilatos de cualquier acción que pueda generarse contra la transparencia por cualquier partido en las elecciones.
Mas insólito es haber nombrado al Director de Cómputos tres semanas antes de las elecciones, los problemas generados con los votantes en el exterior que debió preverse con tiempo y ahora, algo tan sencillo como que no hay termómetros para medir la temperatura a los votantes.
Las declaraciones del Dr. Castaños, que no sabía era médico, dando partes de los infectados, el aumento de casos y el hecho de que, si había clínicas disponibles o no. Creí que era abogado.
Déjele eso al Ministro de Salud, que lo ha hecho muy bien y sin estar preparado para una crisis como esta, sometido a todas las críticas del mundo ha hecho un gran trabajo.
Los miembros de la JCE deben estar pendiente en los gastos de campaña, en cómo desde un camión se tiran pollos y de una jeepeta papeletas, debemos prohibir las películas colombianas y mejicanas para no imitar esas formas de hacer política.
Todos los dominicanos sensatos los apoyamos, aunque algunos como yo, hemos deseado ahorcarlos, pero queremos lo mejor para este país y esperamos que ahora no como en oportunidades anteriores, todo el procesos esté listo, que la compra de cédulas no se permita, que la hora de abrir y cerrar los colegios se cumpla, que el sistema de dar resultados sea confiable, ya que por fin, sólo faltando tres semanas y seguro que habiendo agotado intensas jornadas de trabajo, lograron elegir un Director de Cómputos.
Los partidos, uno más que otros, han dado un ejemplo penoso, lo que se ha desatado en los últimos días entre el partido de gobierno y el mayor de la oposición es algo increíble. No es discutir cómo trabajar juntos todos para resolver nuestros problemas, es lo que nunca imaginaríamos quien tiene en sus filas más narcos.
El Comité Político del partido de gobierno, después de muchas semanas de no reunirse lo hace para declarar que informará de más narcos del PRM. Qué vergüenza que esos narcos no estén presos y que la fanfarria, sea quien tiene más. ¿Qué harán después, irán al tren administrativo o al congreso o les facilitarán protección y nuevas rutas?
Estamos a tiempo y lo importante es que quien gane nombre un Procurador General independiente, que haga frente a este mal que termina por dominar las sociedades.
Es necesario conocer bien quienes son los candidatos, participar con responsabilidad, no se dejen intimidar por el Covid, la indiferencia mata mucho más como el propio virus.
Pero eso nos pasa por elegir a cualquiera. Este es un país que no tiene una memoria de quien elige, si es narco, ladrón, evasor, corrupto, analfabeto.
La JCE en esta oportunidad no puede ser indiferente, incapaz, inepta, incoherente, parcializada, despreocupada. El país vive una situación social y económica grave y debemos evitar que además sea política.
En momentos de crisis como la que vivimos cualquier hecho puede ser un detonante, sólo miremos a Estados Unidos con el asesinato de George Floyd, la discriminación racial que ha oprimido esa nación desde la esclavitud, un asesinato más encendió la mecha.
Evitemos que aquí, luego de procesos cuestionados y suspendidos, con una población cansada de estar en su casa, de perder sus empleos y ver un futuro difícil, no dar motivos para crear una crisis política.
El país es de todos, políticos, sociedad civil, empresarios, trabajadores, iglesia. Protejamos nuestra democracia.