En esta semana recibimos una comunicación del Senado de la República Dominicana que informa que fue aprobado un proyecto de ley para regular la asistencia a los espectáculos masivos en lugares cerrados, o de accesos limitados.
Esto es aplicable para las concentraciones multitudinarias artísticas y deportivas, dice el correo. Precisa que se pueden poner en riesgo las vidas de los asistentes y su integridad física, si hay sobreventas de boletas.
La pieza legislativa, que ahora pasa a la Cámara de Diputados para su ponderación, es una propuesta original de Santiago José Zorrilla, senador de El Seibo, quien busca que todo evento masivo se organice con boletas numeradas, incluidas las de cortesía, de acuerdo con la cantidad de asientos que tenga el lugar.
Propone multas de entre 10 y 20 salarios mínimos del sector público a los que violen la disposición, además de impedimento para organizar otros eventos similares en un lapso de un año.
Para mí esto es una gran sorpresa. Siempre creí que ya existía una regulación como esta. Además, veo que es muy directo cuando menciona deportes, teatro y eventos artísticos, en lugares cerrados.
No tengo idea de cuál es el alcance literal del proyecto, ni qué tan directamente va a afectar a esos lugares que comúnmente vemos con sillas añadidas, como la Sala Ravelo, del Teatro Nacional, o en esos shows artísticos que se hacen en el Pabellón de Voleibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Me pregunto si las concentraciones políticas estarían igualmente afectadas con esto. No creo que cuando se usen lugares deportivos cerrados como el Club Mauricio Báez, o el Palacio de los Deportes para actividades proselitistas, esto se cumpla al pie de la letra.
Me gusta, pero me deja muchas interrogantes. Por ejemplo, cuál organismo quedaría encargado de vigilar por el cumplimiento de la ley, o como diría Carlos Almánzar… ¿quién se encargará de estar en la puerta de cada lugar con una mascotica anotando uno por uno a los asistentes?
Es más, me atrevo a pensar que si incluyen lo político, esto tomará más tiempo que la “Ley del Deporte” esperada desde hace más de 10 años.