Concluyó ayer el plazo de tiempo que la National Baskeball Asociation (NBA) otorga a los equipos para hacer transferencias directas de jugadores que quedarán habilitados para participar en la post temporada con su nueva franela.
Los que tenemos mucho tiempo siguiendo esta liga no salimos del asombro al ver como los propios jugadores provocan sus movimientos de una franquicia a otra.
Antes disfrutábamos al ver como las estrellas de la liga con orgullo se convertían en leyendas de sus clubes defendiendo por años los mismos intereses.
Por ejemplo, Earvin “Magic” Johnson, quien jugó toda su carrera con Los Ángeles Lakers, ganó cinco campeonatos, y hoy tiene una estatua en su honor al frente del estadio. Igualmente, Larry Bird, su archirrival desde el baloncesto colegial, quien hoy es una leyenda de los Celtics de Boston, con los que ganó tres anillos.
Está claro que, aunque estos ganaron buen dinero, con muy buenos salarios de la época, el mayor propósito de ellos era sumar campeonatos.
Hoy vemos como algo común, que un jugador se convierte en el eje central de una franquicia y sin embargo, de repente dice que ya no está cómodo en ella, demostrándolo de muchas maneras, para provocar que lo cambien.
El caso más reciente es el de Jimmy Butler, quien duró meses dejando ver que ya no estaba contento en el Miami Heat, hasta que finalmente lo enviaron a los Warriors de Golden State.
Desde que comenzó esa novelita, la analizamos con expertos en la materia como Víctor Pérez Girón, quien fue muy atinado al decir que era un tema financiero.
Aunque Butler ganaba un buen salario, con casi 50 millones de dólares por temporada, no podía lograr un aumento sustancial por las nuevas reglas de la liga, al menos que fuera transferido.
Inmediatamente lo envían a Golden State, firmó una extensión de dos años y 121 millones de dólares, probando que su motivación es financiera, más allá de lograr ganar otra corona.
Creo que la liga, y la asociación de jugadores, deberán buscar cómo parar esto. Desde este escritorio no entendemos que una persona que está bajo contrato, sencillamente no lo cumple por capricho y además es premiado..