La crisis del Comité Olímpico Dominicano (COD) ha tomado un giro inesperado. En asamblea realizada esta semana Garibaldi Bautista, su presidente, y Luis Chanlatte, su secretario general, aprobaron la renuncia de seis miembros del comité ejecutivo, contrario a nuestras expectativas.
Los miembros salientes son José Manuel Ramos, primer vicepresidente, Irina Pérez, segunda vicepresidente y Radhames Tavárez, tercer vicepresidente. De igual manera Jorge Blas Díaz, co secretario, Luis Francisco Soto, primer vocal y Juan Núñez, tercer vocal.
El COD comunicó que Dulce María Piña pasa a ser la segunda vicepresidente y que se harán elecciones complementarias en una fecha por determinar, para buscar los sustitutos de las posiciones vacantes.
Esto sucede al mismo tiempo que en España se anuncia un plan estratégico para fomentar el turismo deportivo, en una alianza público-privada entre el Ministerio de Turismo y Creando Sueños Olímpicos, con una inversión de cinco millones de dólares.
Un esfuerzo extraordinario que incluye la Casa Dominicana en París, proyectada como el epicentro de la delegación criolla en los juegos de verano.
Mientras David Collado y don Felipe Vicini hablan por allá de las virtudes que tienen nuestros atletas y la nación, aquí los directivos no se ponen de acuerdo y colocan a nuestro país en una situación llena de riesgos innecesarios.
Por ejemplo, si no tenemos un COD estable en los próximos días, y el Comité Olímpico Internacional interviene en el problema, nuestros atletas no podrán desfilar con la bandera criolla en los juegos de Paris 2024, es decir que esa “Casa Dominicana” será lo único que mostrará nuestro emblema tricolor en dicha cita.
¿Se imaginan a Marileidy Paulino ganar una medalla sin sabor criollo, o a las Reinas del Caribe sin poder defender el orgullo patrio?
Además, esto podría afectar los juegos Centroamericanos y del Caribe 2026, cuya sede está asignada a República Dominicana.
Todos los que de alguna manera estamos vinculados al movimiento deportivo esperábamos que se lograra algún acuerdo entre las partes del COD, pero no fue así, y lo peor es pensar que el conflicto podría llegar a los tribunales. Definitivamente no veo la luz al final del túnel.