La principal diferencia entre las visas de no inmigrante y las visas de inmigrante radica en su naturaleza temporal o permanente en los Estados Unidos (EE. UU.). Las visas de no inmigrante son temporales y están destinadas a estancias limitadas con un propósito específico, como estudiar, trabajar o viajar. Por otro lado, las visas de inmigrante conducen a la residencia permanente legal en los EE. UU., conocida como “green card”, que autoriza a la persona a vivir y trabajar de forma permanente en el país.

Una “green card” se obtiene generalmente a través de una petición presentada por un empleador o un familiar que ya reside en los EE. UU. En algunas circunstancias la persona puede hacer una autopetición. En estos casos la petición está vinculada a la experiencia laboral o a la relación familiar con la persona solicitante. Aunque tener una green card permite a la persona entrar y salir de los EE. UU. libremente en la mayoría de los casos (con algunas excepciones), contar con una visa estadounidense no garantiza la entrada al país. La visa simplemente indica que un funcionario consular ha determinado que cumples con los requisitos para solicitar la entrada a los EE. UU. con un propósito específico.

Existen numerosos tipos de visas de no inmigrante, designadas por letras (de la A a la Z). Algunos de los tipos más comunes incluyen la visa de estudiante (F-1), la visa de visitante de intercambio (J-1), la visa de trabajador temporal (H-1B), la visa de turista (B-2) y la visa de inversionista (E-2). Cada una de estas visas tiene requisitos y restricciones específicas, dependiendo del propósito de la visita y la duración de la estadía en los EE. UU.

Posted in Migración sin fronteras

Más de opiniones

Las Más leídas