El pasado mes de agosto, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos ordenó a la Administración del presidente Joe Biden restablecer el programa que permite a las personas que tienen casos de asilo pendientes, esperar en México. Básicamente, una persona que se entrega en la frontera de Estados Unidos o es detenida por las autoridades migratorias de dicho país, podrá someter una aplicación de asilo; pero las autoridades migratorias tienen la opción de entrar a estas personas en dicho programa que se conoce como MPP por sus siglas en inglés. Las personas registradas en este programa son retornadas a México y solo son permitidas de entrar a los Estados Unidos para asistir a sus audiencias en las cortes de migración. Esto en razones prácticas ¿qué significa para los inmigrantes?
Básicamente, las personas no podrán asentarse en los Estados Unidos. Las largas esperas de los procesos migratorios se harían en México. Estas personas residirían en México y tendrían que gestionar empleos y fuentes de ingresos en México. Esto también en términos económicos afecta, ya que, si los aplicantes de asilo desean contratar a un abogado, serán muy escasos con los recursos que contarán. Cabe resaltar que las autoridades migratorias tienen la discreción de dejar a los individuos bajo su custodia. Es decir, que en cualquier momento los agentes de migración podrían detener al inmigrante en un centro de migración. Lo anterior, también significa grandes gastos para el inmigrante, ya que necesitaría también de la asistencia de un abogado para poder intentar obtener su libertad. Solo las personas que viajan con niños tienen niveles altos de ser liberados.
Otra gran consecuencia es que las personas con casos en las cortes estarían en procesos de deportación. La realidad es que más del 80 % de los casos de asilo son negados. Por lo que a la gran mayoría de estos individuos le será ordenada su deportación sin realmente haber residido en los Estados Unidos.