Desde el 26 de enero fecha del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte, 25 de febrero de Matías Ramón Mella, 27 de febrero día de nuestra independencia, y el 9 de marzo de Francisco del Rosario Sánchez, se celebra en la República Dominicana el mes de la Patria y el Carnaval, y en Nueva York la herencia dominicana.
Lo celebramos para rendir culto a nuestros Padres de la Patria y a los símbolos que nos identifican como dominicanos en el mundo. Los colores blanco, azul y rojo, el Himno Nacional, y el Escudo copan el paisaje y aflora la cara más alegre de la idiosincrasia dominicana.
Recuerdo cuando era estudiante de la secundaria, participé en un desfile por la calle el conde, para rendirles culto a los padres de la Patria, me sentí que estaba haciendo un deber patriótico, ese día marcó mi corazón algo diferente en mis adentro que no lo podía definir, y no era más el amor que uno siente por su país.
Ese amor se siente más aun cuando estás lejos de tu querida Quisqueya, y lo palpas a cada instante en los lugares públicos donde te encuentres.
Y es que el concepto de Patria es una realidad formada en la esfera del sentimiento a base de sumar las esencias más finas del territorio y del pueblo, así como su historia, sus tradiciones, su lengua, su música, sus danzas, sus paisajes, en fin, es la suma de todo lo que forma y expresa la realidad territorial y humana, social e histórica, y no es ni la creación ni la propiedad de una clase que se beneficie de ella.
Lo que quiere decir que el amor a la Patria no es un sentimiento clasista, aunque puede suceder que en un número importante de casos ese amor coincida con un sentimiento de clases. Y desde esa misma fecha redoblan los tambores, se inicia el Carnaval, donde el diablo cojuelo es el personaje central anda castigando la carne, y golpeando a la gente, anunciando que se acerca la cuaresma es tiempo de temporada de penitencia.
Los Diablos Cojuelos tienen nombres diferentes según la región del país de donde provienen por ejemplo: en Santiago se denominan Lechones. En Montecristi, los toros. En Moca, hinchados. En Cabral Barahona, los Cachua. En Cotuí, los platanuses. En Puerto Plata, los Tamacainos.
Y también están los personajes de Roba la Gallina, Califé, se me muere Rebeca, y los guloyas de San Pedro de Macorís declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. Y a fin de mes en la Avenida George Washington se celebra el desfile nacional con representación de todas las provincias.
Para finalizar coloquemos nuestra bandera frente a la casa, eso es una señal de dominicanidad y de mantener viva la esperanza del progreso de la tierra que nos vio nacer… Nuestra República Dominicana.