No son sólo los que salen en revistas muy bien editadas, fotos excelentes, reseñas bien escritas, los que realmente son el ejemplo del verdadero esfuerzo. A estos no les quito mérito, también muchos hicieron esfuerzos para lograr sus sueños, han trabajado arduo y algunos han tenido también que pasar penurias, sacrificios y privaciones para lograr triunfar.Pero cuando veo el esfuerzo de aquellos que ponen su sudor al servicio de los demás, dejando a un lado beneficios personales para crear bienestar y riqueza para todo un país, a esos los catalogo como los verdaderos triunfadores.
De nuevo Sur Futuro y Melba Segura de Grullón premian a los que siembran agua. Suena hasta raro, eso de sembrar agua.
Estamos acostumbrados a sembrar lo que comemos, lo que vendemos y pensar que se puede sembrar agua no parece una acción común.
Pero por más raro que pueda sonar, es tan cierto como sembrar víveres, hortalizas o frutos, sólo que quienes siembran agua tienen un mérito más que merecido de ser reconocidos por su esfuerzo al preocuparse no sólo por el futuro de esta generación, sino de las próximas generaciones.
Pocos trabajan para las próximas generaciones, normalmente adolecemos de un inmediatismo y nos olvidamos que la única forma que nuestros hijos, nietos y bisnietos puedan vivir en esta isla es conservando y mejorando nuestros recursos naturales.
Estos triunfadores no viven en la zona metropolitana, sus viviendas no son nada lujosas ni costosas, sus manos no están pulcramente arregladas, todo lo contrario, están arrugadas, fruto del contacto a diario con la naturaleza.
Dedicar sus recursos para el bienestar de los demás es un aporte que lo hacen personas que no tienen apego a las riquezas, al lujo, al reconocimiento. Lo hacen con un sentido altruista, que sólo Dios podrá recompensarles.
En las palabras de la Señora Grullón, daba las gracias a los donantes, realmente son los donantes quienes deben agradecer el esfuerzo que hacen por un Sur abandonado, donde la pobreza golpea de forma inmisericorde. De ese Sur, del cual muchos de nuestros antepasados vinieron escapando de la pobreza en que vivían a principios del siglo pasado de una Europa donde muchas veces había poco que comer.
Cuánta razón en las palabras de Melba Segura: “Quien cuida el agua lo hace por solidaridad humana, aún sin saberlo o proponérselo. Y es así por la propia naturaleza del agua. Es imposible cuidar y proteger sólo “mi agua”, o el agua que “me va a resolver el problema de mi casa o de mi producción”, pues el agua no conoce de dueños, ni conoce de barreras humanas, ya sean alambradas, ya sean muros o fronteras”.
Como cada año los premios se hacen recordando tres personas que dedicaron vida y recursos a la conservación del medio ambiente.
El premio Arturo Grullón, reconoce aquellas iniciativas de reforestación en cuencas altas y el mismo correspondió a Reforestación y Desarrollo de la Silvicultura en Clavijo. Un esfuerzo de 25 años, donde se han beneficiado más de cien familias, fruto del esfuerzo de las asociaciones comunitarias Ubaldina García y Valentín Báez. Gracias a este trabajo comunitario se ha logrado que los arroyos Los Caimitos, El Tabaco, Guanábano, Calderejo y Cañada de Palma aumenten su caudal, los cuales vierten en el rio Clavijo, permitiendo que este tenga agua todo el año.
Al proyecto Derecho Humano al Agua y Saneamiento, le correspondió el premio Padre Louis Quinn, que fue otorgado a la Confederación Nacional de Mujeres del Campo. Fruto de este gran trabajo lograron la construcción de dos sistemas de agua potable, reforestando más de ochenta tareas y proveyendo de acometidas de agua a viviendas que anteriormente debían cargar el agua para poder abastecer las mismas.
El tercer premio, Eugenio de Jesús Marcano Fondeur, dedicado a la conservación de bosques, correspondió al proyecto agroforestal Beato, en Tenares, donde no se conocía de proyectos de este tipo y la familia Beato decidió cambiar la ganadería en una extensión de 7950 por un proyecto de siembra de árboles y conservación. Un ejemplo extraordinario de visión de país, al cambiar lo que era un negocio familiar por un proyecto de nación.
Ojalá podamos emular el esfuerzo de estos triunfadores y trabajar para seguir mejorando aquellos recursos que necesitan de la intervención del hombre para mantenerlos y desarrollarlos. El desarrollo y la conservación del medio ambiente pueden ir perfectamente de la mano, siempre que entendamos cómo delimitar las áreas y proteger las que la naturaleza nos brinda, como lo es un recurso tan esencial como el agua.
A nuestra gran amiga Melba Segura de Grullon, que con su ejemplo incentive a otros trabajar por el rescate del Sur y de otras zonas del país que tanto lo necesitan. Muchas veces acciones como estas no merecen titulares de primera página ni comentarios de radio o televisión. Preferimos las noticias negativas, sin embargo, este tipo de accionar y la de muchos más que de forma silenciosa se hacen en el país, es lo que realmente nos permitirá lograr el equilibrio social y económico, meta de todo dominicano.