¡Hola, distinguidos lectores de elCaribe! Esta columna se centra en temas de periodismo, pero más enfocada a la gramática, sustentada en las fuentes oficiales para abordar cualquier tema al respecto. En esta ocasión me he topado en la página de la RAE con un escrito interesante sobre la evolución de “Los sistemas de numeración” y quise replicarlo porque solemos olvidarnos de ellos y abordar solo las letras.
Nos cuenta la RAE que en un principio, contar consistía básicamente en establecer una simple correspondencia, de uno a uno, entre los elementos que se deseaba contabilizar y determinados objetos manejables y cercanos. Por ello, los procedimientos de recuento primarios, que aún perviven, son los anatómicos, esto es, aquellos que establecen esa correspondencia con partes del cuerpo humano, y que toman normalmente como base los dedos de la mano o el pie; de ahí derivan los sistemas de cómputo quinarios (con base cinco), decimales (con base diez) y vigesimales (con base veinte).
Me ha resultado sumamente interesante leer este escrito porque sin ni siquiera imaginarlo, fueron algunas partes de nuestro cuerpo las que pusieron nombre al sistema de numeración primario, tal como se señala en el párrafo anterior.
“Pero también se usaban sistemas no asociados con la anatomía humana, basados en el recuento de objetos naturales que el hombre tenía a su disposición, como conchas, guijarros, granos, o de las marcas que podía realizar sobre ellos, como las muescas o incisiones en huesos, o en las cañas o maderos llamados ‘tarjas’, procedimiento este último utilizado hasta épocas muy recientes en las ventas al fiado e incluso como sistema de registro y control de la hacienda británica hasta el siglo XIX”, nos narra la Academia.
Asimismo, la RAE comparte que “otros sistemas inicialmente muy simples, como el recuento de los nudos hechos en una cuerda, alcanzaron en ciertas culturas un altísimo grado de sofisticación, como se aprecia en los quipus de los incas, cuyo complejo sistema de colores y nudos de diversos tamaños no tenía como fin exclusivo llevar registros contables, sino dejar constancia de todos los acontecimientos y saberes relevantes para la comunidad”.
Aunque la historia y evolución de los sistemas numéricos es demasiado amplia y solo nos alcanza contar lo que ya has leído, desde espacio invitamos a tener en cuenta que “un sistema de numeración implica establecer un signo (de carácter simbólico o lingüístico) para representar cada uno de los números, esto es, de las entidades abstractas que expresan las diversas cantidades o conjuntos de unidades”.
¡Gracias por leerme!