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Cumpliendo con lo prometido en mi entrega anterior, paso a explicar las dos formas restantes interpretadas por Piaget, como son la traducción literal y la traducción libre.
– Traducción literal: Es una transferencia directa o una aplicación de partes de las situaciones de la investigación a una situación de enseñanza. La traducción literal enfatiza los aspectos estructurales de las teorías. Por ejemplo, en la teoría de Piaget se enfatizan las etapas, las tareas y las situaciones en las cuales estas fueron demostradas.
Una preocupación del maestro por lograr las etapas permite tener como objetivo escolar el movilizar a los niños de un nivel menos avanzado a otro más avanzado. Algunos esfuerzos educativos se han centrado en la enseñanza de tareas experimentales a los niños, tratando de enseñar los mecanismos de razonamiento.
Este tipo de interpretación tiene tres limitaciones:
– Una secuencia en las estructuras cognitivas no es una secuencia que deba subrayar funciones formativas. Esto es, que las etapas estructurales no nos dan una descripción de cómo un niño, llega de una etapa a la siguiente.
– La descripción de etapas presenta un cuadro de cambios que ocurren de manera gradual, que es difícil ver cómo esto mismo debería informar para enseñar en un momento particular.
– Aunque las tareas experimentales fueron útiles para demostrar etapas, no es posible encontrar un criterio que proporcione bases para diseñar actividades educativas. Si el niño construye su conocimiento por abstracción de sus experiencias, no tiene sentido tratar de enseñar tareas o ideas que le son inaccesibles. El educador debe estar preocupado por sus herramientas, por las conexiones con la experiencia cotidiana y con las formas en las cuales el niño razona y por tanto construye su conocimiento.
Lo adecuado de la traducción literal es esa transferencia de las tareas en situación de investigación y de las etapas estructurales hacia los objetivos, las actividades y los métodos de enseñanza.
Traducción libre: La libre traducción de las teorías no educativas a un lenguaje educativo, es un proceso de elaboración, de práctica que preserva el espíritu de la teoría. En esta situación, la planeación y la experimentación en el salón de clases, están guiadas por implicaciones derivadas de las teorías. La evaluación de materiales y de métodos, está guiada por la observación y el análisis de la actividad de los niños.
Según Kamii DeVries, la traducción libre al enfatizar los aspectos centrales de las teorías, permite que los objetivos educativos permanezcan no en términos de etapas, sino en términos del ejercicio de una autonomía moral e intelectual, de una descentración y coordinación de perspectivas y, del ejercicio de iniciativas en las actividades propositivas que inspiran nuevas construcciones.
Las tareas de enseñar de acuerdo a como los niños van dando sentido a sus experiencias, ningún maestro las encuentra fácil; especialmente al inicio. Sin embargo, se perderá si no puede observar el razonamiento de sus alumnos, porque este es el punto esencial para la enseñanza.
Como ya hemos visto en las producciones infantiles, cuando los niños llegan a la escuela, ya poseen una manera de ver el mundo y de actuar en él. El maestro debe tomar esto en cuenta puesto que tal concepción y actitud, tal conocimiento infantil es el que será confrontado con lo que la escuela con toda su sistematización ofrece.
Desde el punto de vista biológico el niño nace con un equipo que le permite interactuar con el mundo que lo rodea, dicho equipo biológico madurará poco a poco y esta maduración neurológica es uno de los factores que incidirá de manera muy importante en el desarrollo de un individuo.
Pero además cuando un niño nace, no está sólo, nace en una sociedad que ya ha acumulado una gran cantidad de saberes que constituyen aquello que llamamos cultura (lengua oral, lengua escrita, valores, costumbres, leyes, religión, tipo de gobierno, etc.). Con todo esto el individuo va a interactuar también, porque ni el individuo ni la sociedad son pasivos.