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Antes de concentrarme en la explicación que encierra el título de esta entrega, creo conveniente hacer una breve ilustración sobre la Lógica del Pensamiento del Niño en el proceso constructivo de la Lengua Española, porque los conocimientos previos pertinentes con los que inicia su participación en los mismos, los que pueden ser a su vez el resultado de experiencias educativas escolares anteriores, o escolares o de aprendizajes espontáneos, en cualquier caso el alumno que inicia un nuevo aprendizaje escolar siempre lo hace a partir de los conocimientos, concepciones y representaciones que ha construido en el transcurso de sus experiencias previas, utilizándolas como instrumentos de lectura y de interpretación que condiciona en un alto grado el resultado del nuevo aprendizaje.
Aunque la educación del niño está fundamentada en la Pedagogía, cuya ciencia incide en el proceso enseñanza-aprendizaje del niño y por extensión del adolescente, por lo contrario, la enseñanza del adulto está fundamentada en la Andragogía, cuya ciencia trata el proceso orientación-aprendizaje, tanto del adulto joven como el adulto mayor, podríamos afirmar, que la experiencia del niño precedentemente señalada, podría equipararse con el aprendizaje del adulto, lo cual está recogido en el Artículo 25 de la Ley No. 139-01 que regula lo que en otros países se conoce como el “aprendizaje por experiencia”, lo que podría acortar la duración de los estudios a nivel de grado universitario, como sería el caso de muchos contables, periodistas, maestros y militares empíricos que con las funciones desempeñadas en sus áreas respectivas los convierten en verdaderos conocedores de las áreas mencionadas sin poseer títulos correspondientes.
Lamentablemente, esta innovadora disposición, de la cual el autor de este artículo tuvo mucho que ver, no se ha puesto en práctica porque no se ha elaborado el Reglamento legal necesario para su aplicación.
En principio consideramos importante recordar que la lógica del pensamiento del niño era el proceso constructivo de la Lengua Española, no son teorías de la enseñanza; aún y cuando intenten dar respuesta a requerimientos educativos. El hecho de incluirlas en esta artículo no implica que un maestro tenga simplemente que transportar el conocimiento de una teoría que corresponde a un determinado campo científico al contexto educativo. Hacerlo sería totalmente inadecuado.
A continuación el lector encontrará tres de las formas en que ha sido interpretada la teoría de Piaget, y pensaos que éstas pueden hacerse extensivas a otras teorías, como son: global, literal y libre.
Traducción global: Es una simplificación a generalidades vagas; esto es que ciertos aspectos muy generales de la teoría son combinados con ciertas prácticas u objetos educativos ya existentes. Por ejemplo, el énfasis de Piaget en la acción es citado como una justificación cuando se desarrollan experiencias –con las manos- “aprender haciendo” o “jugar”. Pero con estas generalidades en mente, resulta insuficiente proporcionar directrices para discriminar el valor relativo de actividades específicas y formas de enseñanza.
En la práctica estas actividades son inconsistentes con la teoría, por ejemplo, algunos textos escolares recomiendan la enseñanza de muchos conocimientos científicos que son inaccesibles a los niños, cuya capacidad para el razonamiento lógico permanece dependiente de lo que es observable para él.
Un ejemplo es que “el fuego necesita aire para encender”. Los maestros han interpretado como que hay que tratar de enseña esto a través de la demostración a los niños, que la flama se apaga cuando el aso se pone sobre una vela, esta enseñanza es inadecuada pues trata de comunicar un concepto al niño que no razona de igual manera que lo hacemos los adultos. Esta actividad no nos lleva a nada, pues lo que queremos mostrar al niño, sigue siendo inobservable para él.
Lo inadecuado de hacer traducciones globales de las teorías es que las generalidades indeterminadas pueden ser usadas indiscriminadamente para justificar casi cualquier práctica educativa. Esta traducción no es en realidad una traducción de la teoría la práctica; es más bien, una versión diluida en la cual las similitudes globales tapan las diferencias.
Lo inadecuado de la traducción literal, es esa transferencia de las tareas en situación de investigación y de las etapas estructurales hacia los objetivos, las actividades y los métodos de enseñanza.
En la próxima entrega explicaré las otras dos formas en que ha sido interpretada la teoría de Piaget como son la traducción literal y la traducción libre.