La desilusión y la tristeza parecen adueñarse de los productores de El Granado y Guanarate en el municipio de Tamayo.
Tras más de un año exhibiendo los logros alcanzados, luego de la segunda visita sorpresa del presidente Danilo Medina, las cosas comienzan a revertirse en esas pobres comunidades.
Con la primera visita llegó la electrificación de las bombas de riego que benefician a ambas comunidades y cuando comenzaban a disfrutar de las bondades de la producción de plátano, guineo, chinola, berenjena, ají y otros rubros cayó la desgracia.
Los apagones que produce Edesur les dañan no sólo sus cosechas, sino que les perturba sus almas.
Miles de tareas de tierras son castigadas por estos apagones de cinco, seis y hasta veinte horas al día que rompen sus ciclos de riego.
Ellos están clamando por la intervención del presidente Medina que ha mostrado gran sensibilidad por esta gente.
Dada la falta de energía eléctrica, las aguas, extraídas del subsuelo, comienzan a escasear y en ocasiones se han generado confrontaciones entre los productores que no encuentran métodos correctos para distribuirse el preciado líquido.
Ya las reuniones para asignar los turnos para regar la tierra, otrora espacios de socialización entre agricultores, se han convertido en asambleas de agrias discusiones en las que por suerte la sangre no ha llegado al río.
Esta gente ha agotado todas sus posibilidades en visitas realizadas a las oficinas de Edesur, sin resultados positivos.
Es tiempo de que el presidente Medina, gestor de esos sueños y esperanzas, ordene que a esta gente les llegue con estabilidad la energía eléctrica, que a su vez extrae el agua que les salva sus cosechas, que es como devolverles la vida.