Dícese del señor Ramón Escanio, que una vez pasó por la principal tienda de su pueblito y vio un pantalón que lo dejó maravillado. Lo había divisado por el cristal del establecimiento y no se contuvo, entró para palparlo de cerca. Tan impresionado estaba que lo desenganchó de la percha y por encima de su cintura se lo midió. Le quedaría perfecto. Era tanta la satisfacción con esa prenda que le brotó una sonrisa, tan espontánea como el resto de sus movimientos en esa mañana.

Cuando fue a la caja a pagar… se dio cuenta que no tenía ni un solo centavo en los bolsillos. Vaya desilusión. Aun así, le dijo a la muchacha en la caja: -Excúsame, ponme ese pantalón por ahí que vengo ahora, pues se me quedó la cartera en mi casa. Trataba de disimular el trance. Sin embargo, recordó que su compadre había vendido su cosecha de maíz y comentó en voz alta: “No hay problema, el pantalón ya es mío, mi compadre me facilitará ese dinero”. Vaya sorpresa, cuando llegó allá recibió la triste noticia de que ya su compadre había pasado los chelitos del maíz a otra persona que lo necesitaba. “¡Así está bueno, eso me pasa por comprar con bolsillo ajeno!”, atinó a decirse Ramón, llevándose la mano a la cabeza.

Esta historia de Ramón se le puede transferir a Leonel Fernández. Del año 2012 para acá, se la ha pasado comprando con bolsillo ajeno. Lo hizo cuando persuadió a su esposa Margarita para que no aspirara a la Presidencia de la República, confiado en que hasta por disposición constitucional, volvería al poder en el 2016.
Sus seguidores hasta llegaron a colocar vallas diciendo “Hasta pronto, Señor Presidente”. Y ya saben lo que le dijo el vecino cuando en el 2015 fue a buscar su candidatura. No rendido por esta acción trató de blindar la Constitución y evitar la reforma.
Para ello contaba con el “apoyo incondicional” de 18 senadores y más de 40 diputados, una especie colectiva de bolsillos ajenos, que entre su oficina y el Congreso Nacional, entregaron sus bolsillos a otro que lo necesitó. La última compra que quiso hacer con “bolsillos ajenos”, fue la aprobación de la ley de partidos, con la selección de candidatos según los estatutos de esas organizaciones. El PRM y el PRSC le mostraron lo que tenían en sus bolsillos, pero al final se lo prestaron a Danilo. ¿Cuándo aprenderá Leonel que debe ir a la tienda a comprar con sus propios bolsillos?

Posted in Columnas, Destacado, LatidosEtiquetas

Las Más leídas