¡Hola, queridos lectores! Comparto de manera íntegra las actualizaciones del diccionario académico que hace la RAE en la recta final del año, elaborado en colaboración con la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). Una actualización que este año incorpora novedades de ámbitos tan diversos como la ciencia, las nuevas tecnologías, la gastronomía, el deporte o el derecho.
Entre los nuevos artículos encontramos palabras como alien, chundachunda, georradar, oscarizar, regañá, supervillano, tecnociencia o videoarbitraje y el acrónimo VAR. También formas complejas, es decir, aquellas formadas por más de una palabra, como fila cero, línea roja, masa madre o pobreza energética.
Se incorporan también extranjerismos que se han popularizado en nuestra lengua, como big data, cookie o banner, tan presentes en la era de la información, o como aquaplaning, bracket o bulldog.
El medioambiente también suma nuevas entradas al Diccionario de la lengua española como biocapacidad, descarbonizar, corredor ecológico o las formas complejas huella de carbono, huella ecológica o huella hídrica.
En el ámbito de la sexualidad y el género, se agregan al diccionario en su versión 23.7 términos como no binario o disforia de género. En el campo de la salud, el DLE añade nuevas voces como cardiocirculatorio, hormonación, implantología o presoterapia.
En su actualización anual, el Diccionario de la lengua española no solo incluye nuevos términos. También se incorporan nuevas acepciones a palabras que ya estaban recogidas, a las que se han sumado nuevos significados.
El término porsiacaso, que hasta ahora solo se encontraba recogido como propio de Argentina y Venezuela para denominar un tipo de alforja, consigna ahora también el sentido “cualquier cosa que se tiene o se lleva en previsión de necesitarla”.
Algo parecido ocurre con el término tóxico, que ya no se aplica únicamente a una sustancia, también a aquello “que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien”.
En el ámbito de la gastronomía, viudo registra una acepción para referirse a un alimento “que se guisa o se toma sin ingredientes que le den sustancia”. Asimismo, pico contiene una nueva acepción culinaria usada en el habla de España para referirse a un “colín de pan pequeño”.
La convivencia de las distintas variedades lingüísticas de nuestro idioma común lo enriquecen. Algunos términos anteriormente marcados como americanismos prescinden en esta actualización de su marca geográfica, debido a su popularización en el resto de las áreas hispanohablantes. Es el caso de acalambrar, como ‘producir un calambre’, o mordida en su segunda acepción, que pierden la marca “América” y pasan a mostrarse como propias del español general.
¡Gracias por leerme!