avatar-cesar-nicolas-penson
avatar-cesar-nicolas-penson

La Vieja Belén es un personaje difuso de la cultura dominicana, que viene a compensar olvidos, descuidos y “falt’e cuartos” y que ayuda “a quedar bien” a padrinos, padres y relacionados del niño receptor de juguetes, en tiempos de Navidad. Cuando “ei niño jesú, santicló o lo relle mago” no traen regalos, nace la esperanza de que la misteriosa Vieja Belén los supla. Aunque no hay fecha definida para la “llegada” del personaje, en mi lejana infancia se decía que venía el domingo después de reyes y algunos el 13 de enero, una semana después de la Epifanía de los Reyes Magos. Los investigadores del folklore dominicano no han podido llegar a conclusiones definitivas sobre su origen y procedencia. Personaje endémico de nuestro país, se asocia con una dama petromacorisana que entre 1930 y 1940, realizaba colectas para suplir a los niños pobres de los juguetes que sus propios “Reyes”, no les habían podido traer, por carencias o penurias familiares. Personalmente creo que esa virtuosa dama encarnó al personaje en su zona de influencia, San Pedro de Macorís y le dio figura y sentido al místico personaje del imaginario criollo, pero que nuestro personaje existía mucho antes de eso. Hay teorías, no confirmadas, de que los emigrantes de las islas inglesas, los Cocolos, con fuerte formación cristiana, establecieron al personaje. Otra corriente, con más sentido práctico, indica que fueron emigrantes italianos establecidos en el país, quienes trajeron la figura porque resulta que en algunas regiones de Italia existe un personaje, La Befana, con características similares al nuestro. “Sus orígenes se remontan a antiguos ritos paganos propiciatorios de la agricultura, probablemente heredados de los romanos, que, en las 12 siguientes noches al solsticio de invierno, se entendía que misteriosas figuras femeninas, sobrevolaban los campos montados en escobas, acto típico de las brujas, que, en Italia, con notable influencia cristiana, es una anciana que reparte, carbón o dulces, a niños, según su comportamiento, en la noche del 5 al 6 de enero”.

Una es una bruja dulce y la nuestra una anciana bondadosa, comprometida con los niños de familias pobres. Aunque se trata de un personaje irreal, considero su importancia en relación con las alegrías y felicidad infantil que produce y que supone,recibir un regalo y cómo es motivadora de esperanzas, siempre que puedan cumplirse. Cualquiera que sea tu idea de la Vieja Belén, muy bien puedes encontrar la forma de contribuir a provocar sonrisas y alegrías infantiles, asumiendo su papel por unas horas y sentirás su mágica influencia llenarte de místicas energías y de felicidad, a la vez que contribuyes a sostener una tradición que se desdibuja por las urgencias y prisas de hoy. Confío en que ayer hayas disfrutado el día de la Vieja Belén, aunque no hubieras recibido regalo. Es oportunidad para despertar al niño que aún vive dentro de ti. Te toca dar ahora, en esta etapa de la vida…

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas