Es bueno recordar que un buen servidor público es quien tiene responsabilidad y compromiso con la institución para la cual labora.
El servidor público o privado ideal es quien impone su marca personal con la excelencia en el servicio y dando las millas extras. Con un comportamiento así multiplicado en la mayoría de los colaboradores y la contratación de personas con las capacidades requeridas para las misiones establecidas por cada puesto, avanzamos más como nación.
Los políticos deben estar conscientes que la mejor manera de ejercer la política desde los puestos públicos, es servir de forma eficiente a los ciudadanos. Y de esa forma, su partido puede ganarse el favor de los votantes y repetir en las próximas elecciones, con lo cual, además de hacer lo correcto, podrían asegurar sus puestos por más tiempo.
Su accionar debe estar sustentado sobre la excelencia en el servicio, la humildad y el respeto; no en dejadez e indiferencia, por ser llevado a una posición grande, mediana o pequeña por un dirigente o funcionario del partido en el “poder”, o incluso por el presidente de la República, a quienes su lealtad debe estar atada a la eficiente ejecución de su trabajo y valores.
Debemos estar conscientes que el ejercicio de la política desde los puestos públicos, el apoyo al partido, así como al presidente de la República, deben estar sustentados en la excelencia en el servicio y las buenas ejecutorias a favor de los ciudadanos, quienes también son votantes.