Parece asomar el final del estatus formal de guerra entre los pueblos hermanos que habitan la península coreana desde hace alrededor de 700,000 años cuando se produjeron los primeros asentamientos humanos en Manchurria y en Corea. El portal Korea.net explica la prehistoria coreana (http://spanish.korea.net/AboutKorea/History/The-Beginnings-of-the-Countrys-History): “La Edad del Bronce se inició en el siglo X a.C. en la península de Corea y en el siglo XV a.C. en Manchuria. Los sitios históricos asociados con la Edad del Bronce se encuentran en las provincias Liaoning y Jilin, en China y en toda la península de Corea. Con la evolución de la cultura del bronce, surgió una sociedad en la que los jefes de los clanes tenían gran influencia. Los jefes más fuertes comenzaron a unir los clanes, y estos clanes agrupados muy gradualmente se convirtieron en protoestados. El primer estado reconocible del pueblo coreano fue Gojoseon, que surgió de la unión de tribus que creían en el Rey de los Cielos y veneraban o los osos. Dangun Wanggeom fue unánimemente confirmado como principal sacerdote y líder político. En Gojoseon floreció una cultura independiente en Liaoning, China, y a lo largo del río Daedonggang”.

Las dos Coreas han mostrado abiertamente su compromiso con la reunificación y sus búsquedas de reencontrar la paz perturbada por el expansionismo de los neoimperialistas Estados Unidos y Unión Soviética, así como por el sometimiento de la ONU a los dictámenes del poder ejecutivo norteamericano, además de la maquiavelista decisión de que Corea del Sur no fuese parte comprometida por el documento de cese al fuego, ergo no parte beligerante, y de que todas las resoluciones de la ONU relacionadas con las agresiones ordenadas por Stalin y Truman a sus aliados llevasen como título “República de Corea”, y que fuese hasta el 1990 cuando Corea del Norte fue aceptada como miembro de la ONU.

Pero hay algo más, la desnuclearización de la península de Corea; es decir, el retiro de las armas atómicas del territorio de las dos repúblicas coreanas, no puede significar el abandono o destrucción de las armas nucleares bajo la posesión o control de Corea del Norte solamente. Tiene que implicar también la total desocupación por los Estados Unidos del territorio coreano por parte de todo su personal militar, sus equipos de guerra –aérea, naval, de infantería, artillería, cohetería, subversión– para que pueda la nación coreana recobrar la unidad, la soberanía, la independencia, las libertades sociales y la paz.

Termino con la esperanza de que ningún otro gobernante coreano se sienta con el deber de escribir algo como lo que cito: “Syngman Rhee provocó incesantes choques en el Paralelo 38, manteniendo a nuestro pueblo permanentemente preocupado, trató de hacer recaer la responsabilidad de esos choques provocativos sobre la República Popular Democrática de Corea.
Durante la preparación de la llamada “expedición al Norte”, siguiendo instrucciones de los imperialistas de Estados Unidos, no vaciló en actuar en contubernio con los militaristas japoneses, enemigos jurados del pueblo coreano” (Todas las fuerzas para la victoria – Kim Il Sung).

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas