Preocupa mucho y da tristeza ver escenas de una madre desesperada que reclama justicia por la muerte de una hija, a tal punto que se atrevió a desenterrarla y llevar las osamentas hasta un tribunal donde las lanzó al piso como si se tratara de objetos.
Ella, lógicamente, lo hizo agobiada por la desesperación, clamando justicia para su caso. Esto ocurrió recientemente en el municipio de Higüey. Se trata de la señora Mildred Correa y su hija fallecida Yaira Encarnación Correa, de 16 años.
La madre de la joven supuestamente falleció por asfixia por inmersión, de acuerdo con los resultados arrojados por una autopsia practicada, entró en estado de enojo y exasperación que la llevó, sin medir consecuencias, al cementerio, violentar la tumba de su hija y extraer los restos 10 meses después de haber sido enterrada.
Cualquiera pensaría que está loca, si, loca de impotencia porque ella entiende que hay muchos cabos sueltos en la muerte de su pariente que no están claros.
Estos son casos que nos ponen los “pelos” de punta y pensamos inmediatamente en la salud mental y en los problemas que llegan sin esperarlos. Dicen los psicoanalistas que entre la cordura y la locura hay un hilito y tener emociones fuertes puede llevar a las personas a estados de locura. En este caso es evidente el trastorno mental que esta situación le ha provocado a esta señora.
Es la primera vez que veo algo similar. Hemos visto profanaciones de tumbas para robar ataúdes en actos delincuenciales, pero que una madre “desentierre” las osamentas de su hija, las meta en una funda negra y luego las tire al piso para llamar la atención de las autoridades y de la sociedad para que su caso sea esclarecido, es muy inquietante.
Para llegar a ese extremo hay que estar bien trastornado de la mente y, todo indica que, esta señora lo está y mucho.
Menos mal que la fiscalía de Higüey, según reportes, mantuvo bajo custodia a la señora hasta que pudiera lidiar con el dolor y la desesperación por la trágica muerte de su hija, una joven de 16 años que salió de su casa acompañada de unos amigos a pasear y a divertirse, encontrando la muerte. Ojalá y este caso sea aclarado para el bien de esa madre y los culpables sean castigados.
Hay que anotar, que un cuerpo después de enterrado no puede ser removido no hasta que hayan pasado más de cinco años, en algunos casos hasta 10. Hacerlo antes es contraproducente por las implicaciones a nivel sanitario y en términos legales. Entrar en contacto con un cuerpo en estado de descomposición puede acarrear enfermedades letales.
En ese sentido, el Ministerio Público debe alertar a la población sobre las implicaciones que conllevan exhumar un cuerpo sin la debida autorización y las consecuencias legales en el caso.
Respecto a la señora Mildred Correa, esta debe ser atendida y recibir cuidados médicos y psicológicos, pues la actitud que asumió no es normal.