Había leído -fragmentariamente- algunas biografías sobre el dictador Adolf Hitler, pero ninguna me había atrapado y seducido, en sus argumentaciones y soporte documental, como está del prestigioso y autorizado historiador Thomas Weber quien se tomó en serio -científico e histórico- construir un retrato fiel e irrefutable sobre el Hitler dictador en ciernes o “construcción” y su verdadera naturaleza de líder, agitador y simulador temprano.
La primera premisa, si se quiere, que echa por tierra Weber, es un aspecto teórico-epistemológico de los estudiosos clásicos del fascismo (Nicos Poulantzas y otros): el explicarlo como una expresión de excepción del “Capitalismo” y estratificación sociopolítica casi exclusiva de la pequeña burguesía, pues en las páginas “De Adolf a Hitler -La construcción de un nazi” (2019)- esa noción no se expresa en su gestación, y se demuestra, de manera contraria, repulsa al capitalismo; y si un acentuado, pero disimulado antisemitismo –“biologilizada” y “anticapitalismo judío”- de quien, en los años de post Primera Guerra Mundial, deambulaba por las calles, mientras “…. muchos de sus compañeros de unidad consideraban un “puerco de retaguardia”, que pasó a ser un oportunista con tibias inclinaciones izquierdistas…” (1919), que, en adición, traicionó y aniquiló a algunos de sus mentores.
Otro aspecto que sale a flote es el carácter “oportunista” “arribista” y ambivalente política e ideológica de un soldado Hitler que va de un radicalismo “revolucionario” a vulgar “confidente” -parar sobrevivir y evitar ir a su natal Austria- y enemigo jurado del comunismo; aunque en sus años de poder y gloria (1933-45), pactara con Stalin. Sin embargo, el mito mejor vendido y que el historiador Weber, de alguna forma deja entrever, es el hecho de que todavía, y hasta el día de hoy, Joseph Goebbels sigue disfrutando de una “reputada” fama de genio propagandístico que, leyendo las páginas de esta magistral biografía temprana de Hitler, en gran parte -sino en toda- le cabe al propio Hitler, pues si alguna faceta desarrolló fue, precisamente, la de nato orador y diestro propagandista.
Igual, se extrae del texto de Weber, que el Testamento o teoría cumbre de Hitler “Mi lucha” es un monumento a la mentira, la manipulación y burda propaganda que Hitler escribió y reescribió mil veces hasta lograr dejar plasmado todo el arsenal, desquiciado, de su “filosofía” de extravío, racismo y antisemitismo que logró esparcir por todo el mundo en varios idiomas, cual biblia diabólica.
En fin, para conocer al Hitler en ciernes hay que leer esta magistral y bien documentada biografía; y así, estar alerta ante semejante engendro que, en estos tiempos de turbulencias, populismos y falsos demócratas, nos asechan por doquier…. (¡Léanla!).