¡Hola, queridos lectores de elCaribe! El otro día una compañera de trabajo me preguntaba si se podía decir “la calor” al igual que “el calor”, vacilé un poco en darle la respuesta porque estaba buscando en mi cabeza sobre lo que había leído al respecto… Luego le dije: “Aunque no lo creas, me parece que ambos términos son válidos, pero voy a investigar para no pecar y así darte la información oficial”.

En la gramática existen los géneros femeninos (la luna) y masculino (el zapato), pero se dan otros dos casos denominados “nombre ambiguo en cuanto al género” y los “epicenos”.

Cuando escuchamos una expresión que puede incluir “el calor” (masculino) o “la calor” (femenino), la Real Academia Española (RAE) explica que esto se conoce como el nombre ambiguo en cuanto al género o nombre común que se emplea como masculino o como femenino sin que el cambio de género implique un cambio de significado.

Entre algunos ejemplos que podemos citar del género ambiguo compartimos los siguientes: el sartén, la sartén; el azúcar, la azúcar; el último maratón, la última maratón; el mar bravo, la mar brava, entre otros. Podemos notar que el género en el contexto gramatical lo determina el artículo que acompaña al sustantivo.

La RAE explica que existen a menudo diferencias geográficas, de registro, de frecuencia o de uso entre las dos variantes genéricas de los sustantivos ambiguos: “Así, el empleo del sustantivo calor como femenino se registra únicamente en el lenguaje popular de ciertas áreas lingüísticas. La distribución geográfica de los dos géneros del nombre interrogante es similar, pero se usa con más frecuencia en masculino”.

Como información complementaria es importante puntualizar que la Academia observa que, aunque a veces se emplea el término género “ambiguo”, se recomienda evitarlo, pues “el género en los nombres en español solo puede ser masculino o femenino”.

“El término tradicional ‘nombre ambiguo en cuanto al género’ no tiene relación con el concepto de ambigüedad, sea esta léxica o sintáctica. Los nombres ambiguos llevan la marca m. o f. (es decir, “masculino o femenino”) en el DEL”, precisa la RAE.

En cuanto a los casos de epicenos, el glosario de la RAE lo define como: “Nombre animado que, a pesar de designar una entidad sexuada, tiene un solo género gramatical (por tanto, es masculino o femenino) y puede designar seres de uno u otro sexo. Así, el sustantivo “liebre” es siempre femenino (una liebre negra), aunque designe tanto a liebres macho como a liebres hembra. La mayor parte de los sustantivos epicenos son nombres de animales, aunque algunos pueden designar personas (persona, personaje, criatura, víctima, vástago) o plantas (cedro, ombú, papaya, plátano, roble)”.
¡Gracias por leerme!

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