Al parecer la candidata del partido demócrata, la vicepresidenta -Kamala Harris- no da certeza segura de victoria frente a su rival el ex presidente Donald Trump, y, probablemente, esa posible incertidumbre ha dado lugar a que todo el liderazgo pesado o hegemónico del partido demócrata haya tenido que salir al ruedo en una suerte de toda la carne en el asador, se podría leer. Y es algo, hasta cierto punto, atípico históricamente ya que los ex presidentes, por tradición, son o han sido esporádicos y fugaces cuando se trata de endosar a un determinado candidato aún de su partido o preferencia, contrario al fervor e involucramiento que están exhibiendo Clinton-Obama.

Y creemos, independientemente de lo que suceda en noviembre, que se ha puesto mucho en juego o como que Kamala, sola, no puede y que resulta obligatorio involucrarse a tal nivel y activismo; obviando que de perder el partido demócrata quedaría altamente resquebrajado en su liderazgo hegemónico o que su derrota reafirmará la necesidad o irrupción de una tercera fuerza política -¿La encarnaría Kennedy Jr., que se especula apoyará a Trump?-. Eso no se sabe, pero “como que algo se mueve” en el espectro político estadounidense.

Sin embargo, más allá de esa especulación -la de una tercera fuerza política-, lo cierto o lo que se observa es que hay una tremenda preocupación en el partido demócrata que deja entrever una debilidad intrínseca de Kamala Harris frente a Trump; o viéndolo más optimista, que el partido demócrata quiere asegurarse no perder, o al menos, no dejar esfuerzo por hacer: pero, de todas formas o lectura, ¿no es una debilidad?

Tal vez, estoy equivocado, pero infiero o leo que subjetivamente -eso que solo se sustenta en la percepción o elementos no determinantes- el partido demócrata está a la defensiva, aunque parezca lo contrario; y es tanto así que, como nunca antes, prensa y encuestas, en mayoría, lucen en campaña también. Es decir, que de ganar Trump se estaría dando algo insólito ….(¿o es lo que se quiere proyectar post salida de Biden?).

Otro asunto o inquietud que me ronda: ¿era más fácil o aceptable perder con Biden que con Kamala? Esa es una incógnita que podría estar asociada al precedente histórico: primera mujer -y se repetiría el caso étnico-racial-Obama (pero, ¿en un mismo siglo? !Doble hazaña!)- en presidir los Estados Unidos; y, de paso, podría explicar porque toda la carne en el asador. Tal vez, pero…., ¿no deja de ser arriesgado para el partido demócrata?

En fin, si Donald Trump gana en noviembre próximo, no solo estaría derrotando a Kamala, al partido demócrata y sus clanes, a mucha prensa, firmas encuestadoras, etcétera; sino también, a variopintos intereses globales que, paradójicamente, están o aparentan más interesados que Trump en guerras, negocios y fronteras más seguras…..(en todo caso, un símil contradictorio o catastrófico, ¿no?).

O quizás, Trump es el liderazgo que los centros de poder actuales no quieren. Sin embargo, y a pesar de lo obsoleto del sistema electoral vigente, hay o habrá que esperar el veredicto de ese pueblo…., y solo entonces, los demócratas y sus aliados coyunturales podrán cantar victoria y, de paso, hacer historia, o contrario, reafirmar que era difícil o mucho arriesgar con Kamala. Quien sabe…., o tal vez, Obama si cuando advirtió: “…no se debe subestimar al candidato republicano Donald Trump….” (…Republican candidate Donald Trump should not be underestimated….).

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