La dimensión espiritual, histórica e inspiradora de Jesús alcanza un nivel inigualable por cualquier otro ser humano que haya jugado algún rol en la historia de la humanidad. Él ha sido el personaje más trascendente de todos los tiempos y su liderazgo es un modelo a ser seguido e imitado, por todo aquél que quiera transformar algún área de la sociedad o de la vida en sentido general.
Dice el especialista John Maxwell que liderazgo es influencia. Y nadie más que Jesús ha impactado e influenciado millones de personas desde hace más de dos mil años, de manera firme, leal y consciente. La influencia de Jesús es de tal magnitud que la historia de la humanidad se divide en antes y después de su paso por la tierra. Él es el hijo de Dios y asumió la condición de ser humano para venir al mundo a traer un gran mensaje de esperanza, amor y solidaridad. Y entregó su vida para que cada uno de nosotros pudiera ser amado y encontráramos el perdón y la vida eterna.
Durante su estancia en la tierra, Jesús ejerció un liderazgo que es un modelo para las personas que quieras ser líderes en cualquier área de la sociedad, sea política, social, comunitaria, de fe, familiar, en fin, en todas las áreas. Con su ejemplo, con sus acciones, con su propia vida y su muerte en la cruz, Jesús mostró el camino para ejercer un verdadero liderazgo que influye, impacta y transforma. Un liderazgo que muestra con su propio ejemplo cuál es la forma de hacer que los demás entiendan el mensaje y lo puedan llevar a la práctica. Por ese tipo de liderazgo ejercido por Jesús es que, dos mil años después, Él sigue siendo la referencia y el ejemplo para más de tres mil millones de personas en el mundo. Y una guía para todo el que vive en el planeta. Jesús es el hijo de Dios, por lo que su poder y su visión trascienden todo lo que es humano. Pero cuando él vino a la tierra, ejerció su papel como tal y sus acciones impactaron a todos los que vivimos aquí. Ese liderazgo ejercido por Jesús tiene cuatro componentes que todo aquel que quiera ejercer un liderazgo efectivo y transformador, tiene que aplicarlo y hacerlo parte de su vida cotidiana. El primer componente del liderazgo de Jesús es el amor. Amar tiene que ser la razón fundamental de todo lo que un líder haga. El amor es la virtud que supera y trasciende todos los problemas. Jesús dice en Mateo 32:37-39 lo siguiente: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
El segundo componente del liderazgo de Jesús es el perdón. Perdonar debe ser una norma de todo el que quiere dirigir. Quienes mantienen su corazón lleno de odio y de deseos de venganza, nunca podrán llegar a ser líderes de importancia. La falta de perdón es un obstáculo para poder practicar el amor verdadero. Jesús dice en Mateo 6:14 que si nosotros perdonamos las ofensas, “nuestro Dios también nos perdonará a nosotros”.
El tercer componente del liderazgo de Jesús es el servicio a los demás, la entrega sin límites para ayudar al prójimo. Dice el Apóstol Pablo que Jesús nos enseña a nunca cansarnos de hacer el bien. Y el propio Jesús lo mostró de manera permanente con su ejemplo cotidiano. Jesús dijo en Mateo 20:26: “El que quiera ser líder entre ustedes, deberá servir a los demás”.
El cuarto componente del liderazgo modelado por Jesús es la humildad. Quien quiera ser líder debe practicar de manera permanente la humildad. Ser humilde es valorar a los demás, saber que ellos son importantes y que pueden aportar mucho a la lucha por alcanzar los ideales que nos guían. Jesús es el mayor modelo de humildad en toda la historia de la humanidad, pues siendo hijo de Dios, vino a la tierra y con humildad entregó su vida para la salvación de todos.
Jesús es el modelo de un verdadero liderazgo. Ser líder es saber practicar el amor, el perdón, la solidaridad y la humildad sin límites. Como Jesús nos enseñó y nos modeló.