El PLD tiene varios cuarto bate que están dando la lucha política-electoral y haciendo oposición dura y sin miedo en defensa de los intereses colectivos, de su partido y candidato, Abel Martinez. Y en esa batería, de aguerridos y duchos gladiadores -mayoría-, sobresalen: Iván Lorenzo -con sus denuncias puntuales y reveladoras sobre disímiles asuntos: corrupción, compra y contrataciones, empréstitos públicos, entre otros-, el secretario general, Charlie Mariotti -un fusil siempre en ristre-, Francisco Domínguez Brito -una reserva ética, presidenciable y crítico fáctico-, Melanio Paredes -una jerarquía-cuadro fraguado y siempre conteste-; y la joven camada del relevo de calidad y oposición desde la atención a las comunidades de dominicanos en el exterior con una visión integradora e inclusiva -Alexis Lantigua-, lo jurídico-político -José Dantés- y el desmonte académico, técnico y político de los maquillajes macroeconómicos -Juan Ariel Jiménez-. En fin, una batería aceitada y que no se amilana ante nada y asume cualquier riesgo.
No obstante, quisiéramos detenernos en la impronta y sagacidad política-estratégica del senador Iván Lorenzo -Elías Piña- por llevar a cabo una suerte de vocería contestataria e incisiva, pues hacía tiempo que el PLD; y seguramente el país, no exhibía un senador de su arrojo e interpretación correcta de la coyuntura política-electoral actual, la agenda supranacional que pende sobre el país -y sus peones o asalariados (parte oenegés y sociedad civil)- y el dominio cabal de los temas neurálgicos de la agenda nacional.
En consecuencia, estamos en presencia de una figura que está potencializando tanto a su partido como a su candidato y, de paso, haciendo oposición dura y directa, sin miedo ni tapujos. Y esa vocería es vital en un partido al que se le ha querido disputar, con narrativa periodística-mediática y “encuesta de sastrería”, su condición, no regalada, de ser cabeza de oposición con la intención estratégica de suplantar a ese partido contraponiendo, como discurso político y narrativa periodística-mediática, una figura-líder, en la peregrina “tesis” de que, el venidero proceso electoral será de figuras y no de partidos. Peregrina pretensión, pues, a pesar de la crisis de los partidos, ellos siguen siendo referentes político-electorales y decisorios para alcanzar la presidencia de la república. Y más que ello, garantizar el sistema democrático, pues sin partidos políticos -no importa espectro doctrinario-ideológico- no hay democracia. Así de sencillo.
Por último, el senador Iván Lorenzo ha redimensionado el rol y la función de uno de los poderes públicos -el Senado- cuya tarea primordial es legislar; pero también, fiscalizar e interpelar a funcionarios públicos cuando transgreden las leyes, se extralimitan en el ejercicio de sus funciones; o haciendo propiedad-feudo de una determinada institución pública.
En fin, al PLD le haría bien más cuarto bate-jerarquía accionando en el debate nacional, como Iván Lorenzo, Francisco Domínguez Brito y demás mencionados … (!Vamos, anímense, pues…!).