El pasado sábado 28, anteayer, se celebró el Día de los Santos Inocentes, festividad católica que da cuenta de que el rey Herodes I, mandó a matar a todos los niños menores de dos años, nacidos en Belén, Judea, para deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, anunciado Mesías y futuro Rey de Israel. De los Evangelios canónicos el único que menciona la matanza, es el de Mateo y en los apócrifos se menciona en el Protoevangelio de Santiago y el Evangelio armenio de la infancia. Según el pasaje de Mateo, “Herodes dio esta orden al verse engañado por los sabios del oriente que habían prometido proporcionarle el lugar exacto del nacimiento de Jesús”. Los historiadores consideran el hecho como posible, dada la personalidad patológicamente celosa del poder y torcida del personaje, pero ningún elemento existe que aporte certeza histórica, pero sí de argumentación y más cuando Herodes el Grande, murió en el 4 AC. Flavio Josefo historiador romano, no lo menciona. Belén era un pueblo pequeño y el número de niños varones de menos de dos años podría no haber pasado de 20, aunque el número no resta carácter de los primeros mártires cristianos por sangre y no por voluntad y denota el abuso del poder. Es en el Siglo IV que se mencionan a los Santos Inocentes en la liturgia católica. Es probable que esta celebración católica con carácter de fiesta y que aparece en el Calendario romano general, se fijara para sustituir alguna fiesta pagana y parece coincidir con “la Fiesta de los Locos, celebración desenfrenada que incluía disfraces, burlas, bromas y comportamientos excéntricos”. La versión hispanoamericana es la Fiesta de los Locos o Locainas, en varias ciudades y pueblos de Venezuela, como en Los Andes, Los Llanos y el Oriente, lo celebran coincidiendo con el Día de los Santos inocentes. Cada país tiene su forma particular de celebración con comidas en honor al niño Jesús en Méjico y con “guerra” publica con harinas y polvos en algún lugar de España, similar a nuestro San Andrés del 30 de noviembre.
Parecería que siendo el numero 28 sinónimo de locos en el ambiente criollo, aquí tendría sentido la fiesta referida, pero no es así. Nuestra pasiva celebración del día de los Santos Inocentes, con serias amenazas de desaparecer como tradición, coincide con la española y de muchos otros países de América, en la que se propalan noticias falsas y aseveraciones exageradas, tratando de incauto o despistado al receptor, para luego decirle de manera burlona: “inocente mariposa” y si es mujer joven se le añade: “te cogí por buena moza”. En otros países la expresión es distinta: “que la inocencia te valga” o “inocente palomita”. Es un día adonde la sorpresa y el ingenio se manifiestan, dentro de límites tolerables y quizás las bromas simbolizan la inocencia de esos mártires primitivos del cristianismo, que constituyen la esencia de la celebración. Paradoja, que siendo una tragedia el asesinato de niños en Belén, sea con bromas y risas que se conmemora y en el peor de los casos con fiestas desenfrenadas.