El gobierno del presidente Luis Abinader se ha caracterizado por prestar poca atención a los sectores agropecuarios en sentido general. Muchas de las políticas y las acciones que ha implementado en ese sector tan importante para la seguridad alimenticia de la nación, han provocado muchos problemas y quejas de casi todos los sectores agrícolas, agro-industriales y pymes del área agropecuaria.
Ante la nueva situación que vive la economía dominicana por las graves consecuencia de la pandemia y las que se esperan de la guerra Rusia-Ucrania, muchos pensamos que el gobierno iría en auxilio de los productores nacionales, especialmente los del sector agropecuario, como una forma de garantizar el mantenimiento de la soberanía alimentaria y la existencia de muchos productos nacionales en el mercado.
Empero, el gobierno le ha dado la espalda a los productores nacionales y ha sometido un proyecto de ley al congreso para permitir la importación de más de 60 productos de la canasta familiar, los cuales vendrían a competir de forma desleal con los productores nacionales y de seguro llevarían a muchos de ellos a la quiebra y a su virtual desaparición.
El presidente Luis Abinader en varias ocasiones ha escuchado a los sectores que tienen que ver con alguna medida política o económica que vaya a tomar, por lo que resulta muy extraño que en esta ocasión no haya consultado ni al sector agropecuario, ni a la Asociación de Industrias, ni al Consejo Nacional de la Empresa Privada, ni a nadie que tenga una visión diferente a la que tiene el gobierno. En algunos sectores comerciales se afirma que quienes han convencido al presidente de esta dolorosa y nefasta medida, son empresarios del área de la importación que tendrían pingües beneficios de implementarse la misma.
Eliminar aranceles y permitir la entrada masiva de productos sin pagar impuestos, es un golpe demoledor a los productores nacionales. Por eso, la mayor parte de los sectores productivos de la nación se han opuesto a que ese proyecto de ley sea aprobado por el Congreso Nacional. Y esa posición no solo la tiene la oposición política, como afirman los voceros del gobierno, sino que eso mismo han expresado todos los asociaciones empresariales que tiene que ver con la producción local.
La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), emitió un comunicado firmado por su presidente Celso Juan Marranzini, donde afirma que más que una solución al problema de la inflación, esa medida de abrir las importaciones, la complicará mucho más. De acuerdo a la AIRD eso “provocará que los productores nacionales se vean “abruptamente afectados” por importaciones con un costo inferior a su precio de producción (dumping) y otras prácticas desleales de comercio”.
Y de forma muy categórica Celso Juan afirma que con ese proyecto de ley, el gobierno “desvía la atención de los principales problemas en los que debemos estar enfocados, como aliviar a los consumidores, especialmente a los menos favorecidos, y fortalecer la producción nacional y la cadena de suministros para garantizar el abastecimiento de estos productos. La escasez es el principal desafío que debemos enfrentar”.
Con esa decisión de abrir el país a las importaciones, el gobierno y el PRM han desoído y golpeado a todos los sectores productivos. Ya en la Cámara de Diputados, una comisión destinada a discutir ese proyecto, se impuso por mayoría mecánica y aprobó el proyecto, no haciendo caso ni a la AIRD ni a los partidos de oposición. Ante eso, los diversos sectores empresariales les han hecho un llamado al presidente Luis Abinader para que retire del congreso ese proyecto, que llevará a la quiebra y a la desaparición a una gran cantidad de productores agropecuarios.
Apelamos a la sensatez del presidente Abinader, del PRM y de sus legisladores en esta situación. Ese proyecto de ley para abrir el mercado local a productos importados debe ser retirado del Congreso, porque es una espada de Damocles que amenaza con eliminar muchos empleos, llevar a la ruina a muchos productores y hacer crecer la pobreza en nuestra nación. Le pedimos a nuestros legisladores, sin importar el partido al que pertenezcan, que actúen con sentido patriótico, defendiendo el interés nacional, y al momento de votar, expresen su profundo rechazo a ese nefasto proyecto de ley que lacera la producción nacional.