En las últimas décadas, en nuestro país y en muchos países de América Latina y del mundo se han estado desplegando diversos esfuerzos en procura de lograr una educación de calidad, a todos los niveles; Inicial, Primario, Secundario y Universitario para garantizar sociedades cada vez más desarrolladas, modernas, competitivas e innovadoras.
Sobre esos temas se han publicado numerosos escritos y difundido resultados de múltiples investigaciones en relación a las estrategias más exitosas que se han ejecutado con el propósito de lograr una educación de calidad.
En esa perspectiva queremos compartir con los lectores de este importante medio, algunas reflexiones asumidas por Nelson Mandela, abogado, político, filántropo, activista de los derechos humanos, y expresidente sudafricano sobre sus valoraciones respecto a la educación. Mandela plantea que “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, porque para él la educación es el gran motor del desarrollo personal y social.
Consideraba que “es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico, que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación.”
Muchos estudiantes de nuestro país provienen de lugares muy remotos y son hijos de esa clase desposeída del pueblo que señala Mandela. Luego de mucho esfuerzo sus padres pueden ver sus sueños hechos realidad cuando sus hijos e hijas obtienen un título que los acredita como profesionales, que en lo adelante van a retribuirles con los frutos de su trabajo todo el esfuerzo que ellos realizaron para que pudieran alcanzar esa importate meta, y que luego puedan integrarse a la sociedad como profesionales dispuestos a dar lo mejor de sí mismos por el bienestar de sus familiares y de su país.
El líder africano consideraba que “No es lo que nos viene dado, sino la capacidad de valorar lo mejor que tenemos lo que distingue a una persona de otra”; y ciertamente, queremos exhortar principalmente a nuestros jóvenes dominicanos a que valoren los conocimientos construidos y, aunque muchos no hayan sido los mejores estudiantes en los diferentes niveles, pueden convertirse en los mejores profesionales y ciudadanos. Que estén siempre dispuestos a aportar ideas, soluciones, propuestas, conceptualizaciones, que hagan la diferencia.
Mandela estuvo encarcelado 28 años por tener grandes ideales y querer hacerlos realidad. Su lucha por la libertad le ha convertido en una de las personas más influyentes a nivel mundial en este siglo XXI.
Sus ideales no eran absurdos o imposibles, eran tan sencillos y necesarios como querer una sociedad democrática y libre donde todas las personas vivan juntas en armonía y en igualdad de oportunidades.
El hombre que supo conciliar memoria y reconciliación, nos dejó reflexiones de gran sabiduría sobre temas políticos y sociales, que nos sirven de inspiración. Mediante su frase “Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina el significado de la nuestra”, este gran líder nos mostró que es posible alcanzar grandes metas de forma pacífica, con entereza, integridad, paciencia, firmeza, equilibrio, humildad y sabiduría; realizando siempre un trabajo incansable, con una plena dedicación a conseguir un mundo más justo, humano y solidario.
El éxito profesional será la señal inequívoca del esfuerzo que han realizado tanto los estudiantes como las autoridades de cada institución de Educación Superior y sus profesores y profesoras para lograr una formación humana, técnica y profesional adecuada para superar los retos que tendrán que afrontar en el contexto socioeconómico en el que les toca vivir en esta sociedad global del conocimiento y del cambio permanente.
Entendemos que estamos recorriendo la ruta correcta y pertinente mediante el impulso de planes, programas y proyectos en el área educativa que aseguran el desarrollo individual y social y el bienestar colectivo de la sociedad dominicana.