El 30 de noviembre de 2022, precisamente cuando el mundo entraba entonces en el inicio de las festividades de fin año y tantos estaban pendientes del futbol por la Copa del Mundo en Qatar, se hizo público ChatGPT; lo que para muchos ha de ser uno de los más grandes hitos en el desarrollo histórico de la humanidad. De profundo impacto en la Investigación Científica y en el Desarrollo Experimental (I+D).
El ChatGPT es un sistema que puede generar contenidos escritos de forma altamente coherente, muy parecidos y ya hasta superiores en lo individual a los creados por humanos.
Lo dicho no es nuevo, es sabido por la mayoría de las personas impresionadas a partir de entonces por la real capacidad intelectual del ChatGPT de dar respuestas a los más variados y complejos temas, casi al instante; tampoco se trata de decir que es un proceso concluido, sino que se encuentra en permanente desarrollo, apenas el inicio; ya en vía de no solo reducir la generación de contenido a la forma escrita, sino que se dirige además hacia respuestas en imágenes y voz.
El ChatGPT es un sistema desarrollado por Open AI, empresa fundada en el 2015 por Sam Altman, con la participación entre otros de Elon Musk, quien posteriormente se retiró; procede referir además una fuerte competencia, pues después del anuncio de Open AI aliada por demás con Microsoft, otras grandes empresas como Google mostraron especial interés y pusieron en evidencia considerables avances que ya habían logrado en materia de Inteligencia Artificial Generativa.
Ya destacada la noticia y la extraordinaria conmoción en todo el mundo, es de rigor precisar que no se trata de “un salto” al margen de los procesos evolutivos de la investigación científica y la innovación tecnológica. La Inteligencia Artificial Generativa ha sido el resultado de un sistemático avance desde los años 50 del siglo pasado y mucho antes; pues es el 1956 cuando John McCarthy creó el término de Inteligencia Artificial y 20 años antes (1936) el gran matemático Alain Turing plantea científicamente su potencial viabilidad.
A partir de las referencias comentadas lo que más interesa destacar no es solo lo extraordinario de ese nuevo resultado de la investigación científica y la innovación tecnológica (I+D), sino que se proyecta que dará en muy poco tiempo un impulso tal a la propia investigación científica e innovación tecnológica en general como nunca se pudo haber concebido. De ahí la expresión de ”lo máximo”. Invitándoles a la más entusiasta indagación, estudio y seguimiento del que ya sin dudas trascendental acontecimiento del progreso humano.