A pesar de que los adornos relucen en las calles y casas del país, de que la movilidad acelerada propia de la época se siente y de que algunas costumbres aún se mantienen, la Navidad en República Dominicana no es la misma.
Sombras, y no de colores, oscurecen algunos aspectos de la considerada “mejor época del año”, impidiendo así el disfrute a plenitud de la misma.
El 2022 fue un año de “recuperación”, luego de los efectos dejados por la pandemia del Covid-19, que sorprendió al mundo a finales del 2021, vivimos una economía resentida y por si fuera poco un aumento significativo de la violencia y delincuencia, lo que afecta incluso las celebraciones navideñas.
Porque sí, salir a las calles a celebrar ya no es tan atractivo para aquellos a los que su seguridad y la de su familia les importa, ya estar fuera de las casas puede ser un deporte extremo en el que en cualquier momento el sonido de un ¨motor¨ puede encender las alertas y cambiar todo.
Pero, estos hechos no son los únicos que se suman a las sombras que opacan esta festividad, siempre han existido factores que ensombrecen la navidad, tanto que parecieran propios de ella.
Y, aunque no quiero ser aguafiestas, se me hace propicio mencionar unas pocos.
Balas perdidas
Hay a quienes la efusividad de las festividades les ahueca el razonamiento y la mejor idea que tienen para celebrar es disparando al aire, un disparo sin ojos ni sensor de blanco, que aterriza generalmente en aquel inocente que al igual que susodicho que apretó el gatillo, solo estaba celebrando la Navidad.
Las cifras de victimas de por balas perdidas suelen aumentar en esta época que llama a reflexionar y están en familia, provocando precisamente que ese núcleo social quede incompleto al arrebatar la vida de uno de sus miembros.
¿Lo más triste?, no siempre se logra dar con el causante de dicha muerte.
Lo que apagan los fuegos artificiales
“Que la luz de un fuego artificial no apague tu vida”, así se llama el operativo de este año del Ministerio de Interior y Policía, con el que busca la reducción de muertes y accidentes a causa de fuegos artificiales, y el hecho de que tenga que realizarse un operativo para esto cada año, ya nos arroja luz sobre la cantidad de vidas que se han perdido o afectado por estos.
Estas y otras sombras nos acompañan cada año en estas fechas, que deberían ser el escenario perfecto para crear los mejores recuerdos, sin embargo, no todos corren con la misma suerte.
No obstante, todavía quedamos ingenuos, que anhelamos la Navidad perfecta, sin sombras, sin llanto, y es la que deseamos para todos.