Para titular este artículo tomé prestada, con su amable consentimiento, la frase con la que el maestro de ceremonia cerró la actividad de reconocimiento por sus buenas prácticas a docentes que trabajan en zonas vulnerables y que han estado en procesos de formación (especialidades u otras modalidades) financiados por el Instituto de Formación y Capacitación del Magisterio (INAFOCAM).
La actividad tuvo lugar el pasado mes de julio en la sala Aida Bonnelly del Teatro Nacional, y estuvo presidida por las autoridades educativas correspondientes. El reconocimiento “procura promover en los educadores una cultura de rendición de cuentas sobre lo aprendido, potenciar una nueva cultura evaluadora para la mejora de los procesos de enseñanza aprendizaje, así como redimensionar la inversión de la formación y la transferencia oportuna de los aprendizajes”.
El Departamento de Investigación y Evaluación del INAFOCAM tiene a cargo la selección de los docentes a partir de un riguroso procedimiento que incluye los criterios de selección y las evidencias de buen desempeño en sus prácticas de aula. Entre los criterios están tener un buen promedio (85 o más) en la especialidad o programa de formación que cursa y estar impartiendo docencia en el área de su formación; entre las evidencias se consignan las observaciones de sus prácticas en las aulas, videograbaciones, y entrevistas a los directores, subdirectores y coordinadores de los docentes. Los dossiers de los concursantes son evaluados por un comité de especialistas de la Dirección de Formación y Desarrollo Profesional, Dirección de Formación Inicial y Dirección de Formación Continua del mismo instituto.
La metodología para la selección, la rigurosidad de los criterios, la diversidad de las evidencias recogidas para cada candidato, la meticulosidad en ese proceso, la calificación de los especialistas evaluadores, hacen que este reconocimiento constituya un estímulo serio y que dignifica a toda la comunidad educativa del país. Asimismo, es una gran oportunidad para dar visibilidad a los avances que han logrado los maestros dominicanos en su desempeño, y de ratificar el compromiso de las instituciones públicas de evaluar la calidad del gasto, en este caso en formación y acompañamiento docente.
En un desafío tan enorme, como el que se ha planteado la nación dominicana, de mejorar la calidad de la educación, mostrar pequeñas victorias, es importante.