Desgraciadamente, somos una sociedad que olvida sus tradiciones e importa costumbres de otras sociedades como efecto de los miles de dominicanos que migran a otras ciudades y adoptan culturas diferentes, el efecto de las redes sociales, la televisión, el cable, en fin todas las formas que nos permite la tecnología, de absorber lo bueno y lo malo de otras sociedades.
Hallowen es la contracción en inglés de Hallows Eve y hallow se traduce como santifica que sería, noche de santificar y se celebra el día antes de los fieles difuntos, que es una celebración cristiana en conmemoración por el alma de todos los que han fallecido. Es recordar a todos los que ya no están en el mismo día.
Es básicamente una fiesta anglosajona donde se acostumbra a iluminar calabazas, una tradición de los pueblos celtas de Escocia y según la leyenda se refiere a un granjero irlandés tacaño que el diablo bajó a buscar porque sus maldades eran muy parecidas a la del mismo satanás. El granjero logró engañar al diablo y a cambio logra su libertad, pero al morir no es aceptado ni el cielo ni en el infierno.
Es entonces que logra que le diablo le de una brasa y encontrando un nabo, lo talló y colocó la brasa dentro para alumbrar su camino, vagando de un lado a otro. Es de aquí que sale la tradición de tallar calabazas y colocar velas en su interior.
Pero más que la tradición, lo que nos preocupa es en lo que se ha convertido y ya las iglesias en múltiples oportunidades han expresado su preocupación de anteponer a las celebraciones de los fieles difuntos la frivolidad de la fiesta de Halloween, una fiesta pagana que sustituye el profundo sentimiento que significa respeto del día de los fieles difuntos.
La iglesia no lo considera como una celebración inocua, ya que promueve el espiritismo y el sentido de lo macabro, de lo diabólico.
Muchos se preguntarán, qué me habrá animado escribir este artículo y es la alarma que produce la celebración con motivo de Halloween en el antiguo aeropuerto de Herrera de lo que han llamado “hell fest” en español “fiesta del infierno”.
El evento es promocionado por la empresa Unparty, que en su página publica profusamente este evento y llegué a oír que amenazaban con demandar a todo aquel que hablara o escribiera en contra de esta celebración que empieza por definirlo como festival del infierno y en sus taquillas destacan en letras grandes la imagen y el nombre de lucifer.
Cuando leí la lista de artistas del género urbano, que tengo que confesar que nunca lo había oído. Al ver esta invitación con el diablo y mencionar nombres de artistas que estarían presentes en esta fiesta, a todas luces diabólica, investigué en internet las letras de las supuestas canciones de los artistas invitados.
No puedo publicar nada de esas canciones, no me imaginaba que los valores los hayamos perdido de una forma tan grave. Hemos ido de canciones románticas como la de Juan Luis Guerra, una gloria nacional e internacional, para creer que canciones que promueven las vulgaridades, el consumo de drogas, la degradación de las mujeres y finalmente la disolución de la sociedad, pueden ser una forma de arte.
Sugiero a los padres de los jóvenes que pretendan ir a la “fiesta del infierno”, promovida por lucifer, que busquen, no sé si denominar canciones, creo que sería un atentado a la música, las letras de los “artistas” invitados, lo pueden buscar en la página de Unparty y para hacérselos mas fácil se los detallo aquí: Kiko el Crazy, Shadow Blow y desde Puerto Rico Bryant Myers.
Este evento debe merecer el rechazo de la sociedad; porque no me vengan con el cuentos, de que adoptaron el nombre de lucifer por razones comerciales, todo el que transita por esa vía puede ser calificado de satánico, rechaza los valores cristianos de la sociedad, ínsita a la maldad, a la ausencia de decoro, a la violencia doméstica, la degradación de la mujer, al consumo de drogas, todo objetable, y debía existir algún tipo de intervención de las autoridades, pero seguro se hacen dela vista gorda.
Busqué cuales son las funciones de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía y dice en el artículo # 2 de su reglamento, que su función es: Evitar que en la República Dominicana se lleven a cabo espectáculos públicos y emisiones radiofónicas que ofendan la moral, las buenas costumbres, las relaciones con países amigos y en general que puedan ser perjudiciales a los principios y normas del pueblo dominicano.
Como diría el buen amigo Alberto Amengual “Sea Usted el Jurado”.