Hábitat Dominicana viene desde hace 32 años desempeñando un papel importante en la reducción del déficit habitacional, no sólo construyendo viviendas, sino apoyando a las familias para que mejoren el control de sus finanzas, especialmente con familias que viven con salarios mínimos o con empleos informales donde el ahorro se convierte más que en un reto, en un sueño.
Esta alianza impulsa una nueva estrategia y representa un reto para el país, basándose en tres ejes fundamentales, que son: servicios de acceso a la vivienda y gestión de riesgos; servicios institucionales, desarrollo de recursos y movilización de voluntariado.
Los recursos son importantes, pero para mí la movilización de voluntarios, tanto nacionales como internacionales, tiene un valor inapreciable. Primero, pone a muchas personas en contacto con la realidad de miles de dominicanos que viven en condiciones paupérrimas, los convierte inmediatamente en agentes multiplicadores para atraer nuevos voluntarios para la reparación de viviendas o para construcción de nuevas y muchos hacen importantes aportes económicos.
Para las comunidades, agrega un valor inapreciable, las hace sentir tomadas en cuenta, mejora su autoestima y a la vez participan no sólo en el mejoramiento de sus viviendas sino también en las de sus vecinos, cambiando totalmente la estructura de la comunidad, influyendo en mejor educación y salud, fruto de viviendas más dignas.
Sólo para que tengamos una idea del reto de Hábitat Dominicana, en sus 32 años ha intervenido 18,000 viviendas y para el año 2020 se piensa intervenir más de 50,000 viviendas, gracias al apoyo de los organismos de microcrédito, a los apoyos del sector empresarial, de donantes extranjeros que cada vez más ponen sus ojos en nuestro país, gracias a su estabilidad política, seguridad mucho mayor que la de muchos de los países de Latinoamérica, que por muchos años apoyaron y que ahora temen visitarlos por la situación por la que atraviesan.
Algunos resultados preliminares de su año fiscal 2018 que recién terminó la semana pasada:
- 135 mejoramientos de vivienda con microfinanciamiento y Asistencia Técnica en Construcción, realizado en Haina y Los Alcarrizos. Estas familias se han servido gracias al proyecto Construyendo Esperanza Paso a Paso, que tiene apoyo de MultiQuímica en Haina y Los Alcarrizos y Banco ADEMI y se han alcanzado ya 421 familias con acceso a microfinanciamiento de viviendas para mejoramientos y reparaciones con asistencia técnica en construcción, provista por los ingenieros de Hábitat Dominicana. De estas unas 199 familias son de Haina.
- 5,438 microcréditos en alianza con otras instituciones de microfinanzas que comparten una visión y misión afín de la organización y con el objetivo de que las familias puedan acceder a créditos blandos para mejorar su condición de vida.
- En el año fiscal 2018 se construyeron 13 viviendas completas de modelos prefabricados y algunas de block. Llevan más de 4,500 casas construidas y más de 300 en el sur del país (San Juan y Azua).
- Con el Banco Mundial y la Vicepresidencia de la República se han cambiado más de 450 pisos de tierra por pisos de cemento en el sur del país.
- Tras el paso de los huracanes Irma y María, se entregaron 790 kits con apoyo de Hábitat Internacional, ShelterBox y Rotary. Esto apoya a las familias afectadas de manera temporal. Posteriormente, a la primera etapa de recuperación se han reparado unas 120 viviendas, de las cuales hay actualmente en proceso unas 40 reparaciones y 10 viviendas que tuvieron que rehacerse. Esto con apoyo de Hábitat Internacional, quien ha donado unos US$580,000 para estos esfuerzos de recuperación. La meta total son unas 266 reparaciones y 35 viviendas nuevas y la organización continúa en esta labor de recuperación.
- Se logró en este año fiscal, terminado a junio, 5,910 horas voluntarias, con apoyo de mano de obra internacional y nacional, quienes a través del programa de Aldea Global de Hábitat Internacional se suman a construir con las familias dominicanas.
El déficit habitacional aún crece cada año y hay mucha necesidad vigente. Con el aporte y financiamiento de individuos, voluntarios, empresas, afiliados de la red de Hábitat Internacional, aliados, gobierno central y local podemos construir viviendas con estabilidad, autosuficiencia y resiliencia.
Sólo imaginemos que cada familia con recursos, de las que tenemos muchas en nuestro país, aportara para reparar o fabricar una vivienda y cada empresa se concentrara en mejorar la calidad de las viviendas de sus empleados. Esta acción rápidamente contribuiría a mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, hacer de ellos dominicanos más comprometidos con el futuro de su familia, de su entorno y de la nación.
Nada en la vida es difícil si todos ponemos de nuestra parte y hacemos un sueño realidad, el de reducir el déficit habitacional para el 2020, no en 50,000 viviendas sino en muchas más.