La disminución de las pérdidas en las empresas distribuidoras de electricidad (EDE) ha sido una titánica lucha histórica para las autoridades. Sin embargo, es posible hacerlo con el apoyo del Gobierno y las estrategias de convencimiento y herramientas legales establecidas en la Ley de Electricidad 125-01 y el Código Penal.
Más de un millón quinientos mil dominicanos son beneficiados con la tarjeta Supérate, un gran parte de ellos con el Bono Luz. Aunque mucho se resisten a formalizar un contrato de energía o pagar el servicio teniendo ese beneficio incluido en su tarjeta Supérate, ese es un buen camino para focalizar el subsidio de la energía a los más necesitados.
Las EDE hacen esfuerzo para que los ciudadanos utilicen el bono luz en el pago mensual de su servicio de electricidad. Sin embargo, esas gestiones deben profundizarse y endurecerse con advertencias y sanciones reales a quienes no lo hagan.
El mensaje debe ser claro y contundente: “A los beneficiarios de Bono Luz que residen en una vivienda sin contrato de electricidad o no lo hagan en determinado tiempo, se les quitará todos los beneficios de la tarjeta Supérate”. Luego hacerlo y publicarlo para multiplicar el mensaje, lamentablemente. Eso se debe hacer coordinado por las EDE y el Programa Supérate.
Otro punto primordial para que este subsidio focalizado sea menor, es que las EDE instalen un medidor a cada beneficiario de Bono Luz, para que hagan uso eficiente de la electricidad y paguen de sus bolsillos el consumo más allá del alrededor de 100 kilovatios-horas aportados de forma gratuita por el Estado dominicano a familias de escasos recursos.
Esas y otras medidas son necesarias para que los dominicanos utilicemos los US$1,500 millones destinados para el subsidio del sector eléctrico, o una gran parte de ellos, en la construcción o mantenimiento de obras públicas, como hospitales, vías terrestres u otras obras sociales, por el bien común.