He escuchado a analistas afirmar textualmente que “la salida del gobierno de los exministros Furcal y Macarrulla ponen en entredicho la reelección”.

Otros advierten que el hecho de que el sistema judicial investigue por corrupción de manera simultánea a dirigentes del PLD y la FUPU, puede llevar a esos dos grupos políticos a unirse y constituirse en una amenaza para una eventual reelección de Luis Abinader.

Hay opinantes sosteniendo que de mantenerse la inflación global que impacta al país, es imposible que Abinader pueda reelegirse.

Y no faltan quienes ven en la independencia con que actúa el ministerio Público “una ofensiva contra la democracia”, pues las investigaciones por corrupción que encamina la Procuraduría General, podrían “destruir el sistema de partidos”, escuché.

Se oponen así a la reelección y continuidad de las políticas públicas de Abinader, que jerarquiza un Ministerio Público que no responda más que a las leyes, procurando cortar por lo sano la impunidad y la corrupción, saneando la administración pública y llevando sosiego y paz a las familias y las empresas, tan golpeadas por el reinado del delito encontrado.

¿Pueden esos factores impedir una reelección de Luis Abinader? Lo primero es que todos esos vaticinios son hechos en el aire, pues el Presidente ha reiterado que aún no cree llegado el momento de plantearle al pueblo la posibilidad de que le extienda su mandato, sobre lo cual reflexiona con toda serenidad.

Es evidente que sobre todo por los efectos adversos de la pandemia de Covid 19 y la invasión rusa a Ucrania, Abinader apenas está iniciando el conjunto de políticas de buena gobernanza que propuso el PRM al electorado en las pasadas elecciones.

Que para materializar los cambios que inauguren un modelo de gobierno que salde en lo fundamental la deuda social por tanto tiempo pendiente, institucionalice y modernice el Estado y libere las fuerzas productivas nacionales en toda su potencialidad, como planificó poner en práctica llegado al gobierno, necesita más tiempo.

Para poner en marcha el proceso de desarrollo integral se requiere un segundo período de gobierno, como se previó al copiar el modelo electoral norteamericano que da oportunidad a que el pueblo premie con 4 años más a un gobernante que lo hizo bien en su primer periodo.

El presidente Abinader puede tomarse todavía algún tiempo para decidir. El que no tiene más espacio para completar su análisis soy yo, de modo que dejo para mi próxima columna exponer el factor fundamental que históricamente ha llevado a los dominicanos a decidir una elección, en este caso una reelección. Nos vemos el viernes.

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